El terremoto del 19 de septiembre de 1985 no sólo devastó varias zonas de la Ciudad de México, sino que su ola destructora arrasó también con su intensa vida nocturna.
Jose Luis Martínez, periodista de largo recorrido, entrega una mirada personal de su experiencia como editor de Su Otro Yo, la legendaria revista para caballeros.
Los años anteriores al terremoto que devastó a la Ciudad de México el 19 de septiembre de 1985 son recreados con el privilegio que concede el paso del tiempo. Así el autor rinde homenaje a figuras de la farándula y el cabaret -Amparo Montes, Acerina, Héctor Suárez, Lyn May, Olga Breeskin- o de la cultura -Luis Alcoriza, Pita Amor-, muchas de las cuales prestaron su voz y su memoria para trazar un retrato que se impone a la mera nostalgia para recrear ambientes y lugares emblemáticos como el Blanquita, elCan Can, el 77, el Belvedere, el Capri.
Los lectores tienen en sus manos una historia de la noche y sus apetencias. Lejos de toda ilusión documental y escritas con la pasión del explorador, estas memorias abren puertas que creíamos cerradas y nos conducen allá donde el aplauso era un pasaje al éxito y a la celebridad.
Jose Luis Martínez, periodista de largo recorrido, entrega una mirada personal de su experiencia como editor de Su Otro Yo, la legendaria revista para caballeros.
Los años anteriores al terremoto que devastó a la Ciudad de México el 19 de septiembre de 1985 son recreados con el privilegio que concede el paso del tiempo. Así el autor rinde homenaje a figuras de la farándula y el cabaret -Amparo Montes, Acerina, Héctor Suárez, Lyn May, Olga Breeskin- o de la cultura -Luis Alcoriza, Pita Amor-, muchas de las cuales prestaron su voz y su memoria para trazar un retrato que se impone a la mera nostalgia para recrear ambientes y lugares emblemáticos como el Blanquita, elCan Can, el 77, el Belvedere, el Capri.
Los lectores tienen en sus manos una historia de la noche y sus apetencias. Lejos de toda ilusión documental y escritas con la pasión del explorador, estas memorias abren puertas que creíamos cerradas y nos conducen allá donde el aplauso era un pasaje al éxito y a la celebridad.