El Diablo Cojuelo

Segön la primera de entrambas biografêas, Vælez naciï en Ecija por enero de 1570, estudiï Leyes en la Universidad de Sevilla y vino a ejercer su profesiïn a la Corte, en donde muy luego ganï estimaciïn y fama por su sagacidad, gracejo y elocuencia. Defendiendo a cierto criminal captï a los jueces con su donaire; pero como el fiscal apelase de la benigna sentencia dictada, el reo fuæ condenado a muerte, y Luis Vælez a pagar una multa. Tuvo noticia de ello el Rey, y cuando conversï con el festivo abogado prendïse tanto de æl, que no sïlo le perdonï la multa, y la vida al delincuente, sino que, ademÞs, ya no pudo pasar sin el trato de Vælez de Guevara, a quien protegiï sobremanera. Esto fuæ lo que suele llamarse hablar de memoria, porque en todo el relato no hay otra cosa verdadera que lo de ser Ecija la patria del escritor. Y lo realmente sucedido y cierto es, en este caso como en otros muchos, menos bello y agradable que la mentira. Væamoslo. Muriï el Cardenal en septiembre de 1600; pero a esta sazïn no perduraba Vælez en su palacio, pues, ya harto talludo para paje, dos meses antes habêa dejado su empleo, a fin de abrazar la profesiïn de las armas. Çl, en un memorial dirigido al Rey, dijo haber permanecido seis aíos en la milicia[8]; pero que exagerï en cuanto a la duraciïn de su vida soldadesca demuæstrase con otras palabras suyas, porque æl mismo, muchos aíos antes, habêa declarado que en el estêo de 1603 estaba en Valladolid, y en tal declaraciïn, prestada en Sevilla a 26 de mayo de 1604 e inædita hasta ahora, llamÞbase nuestro poeta, sin mencionar para cosa alguna la cualidad de soldado, ªvecino al presente en esta ciudad, en la collaciïn de Santa Marinaº[9]. Ya apellidÞndose Vælez de Guevara, en lugar de Vælez de Santander, como se habêa llamado hasta poco antes[10], escribiï y publicï en 1608 un nuevo opösculo poætico intitulado Elogio del Ivramento del serenêssimo Prêncipe don Felipe Domingo, Quarto deste nombre, y en la portada de esta obrita se decêa criado del Conde de Saldaía. Habêa entrado, en efecto, a su servicio como gentilhombre antes o poco despuæs de enviudar de su primer matrimonio: del primero de los cuatro con que probï su grande aficiïn a este santo sacramento[11