Roberto Centeno lleva años analizando la economía española y, aunque intenta no perder la esperanza, se reconoce abiertamente pesimista ante la situación en la que nos encontramos. Sin pelos en la lengua, y con gran capacidad de análisis, comienza preguntándose ¿cuándo se hundió España? Y responde él mismo que los males de este país de las autonomías se remontan a la Transición, donde se prestó demasiada atención a las cuestiones políticas y a la «reconciliación nacional», y se descuidó la economía, que es lo realmente importante. Por intentar contentar a todos, comenzó la era del buenismo, que ha tenido en Rodríguez Zapatero su máximo exponente.
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