Hace más de 80.000 años, según las leyendas y tradiciones de muchos pueblos que aún guardan el recuerdo de lo ocurrido, un gran civilización extendió su imperio por mares y tierras, dominando varios continentes: Atlántida.
¡Atlántida! Su nombre resuena en nuestros oídos despertando una memoria olvidada, y nuestros corazones laten con el empuje de las olas que acariciaron sus milenarias costas. La patria de los hijos de Poseidón.
¡Atlántida! Fantasía para unos, realidad para otros. Quizá una civilización que vino de las estrellas, o que alcanzó las cumbres de la ciencia y la tecnología, para luego caer en el abismo de la barbarie; quizá la cuna de la magia, o tan sólo un arquetipo, un bello sueño idealizado de lo que podrá ser un mundo futuro.
En las páginas de este libro Atlántida se presenta como una civilización donde se enfrentaron fuerzas terribles; donde reinaron Dinastías Divinas y poderosas Órdenes de Magos. Una civilización perdida en los meandros del tiempo, en la que el ser humano tuvo que soportar batallas y cataclismos terribles; donde la ambición llevó a las más grandes traiciones y a los más sublimes sacrificios. Hombres, al fin y al cabo, enfrentados al Destino inexorable, como ocurre siempre en cada momento histórico donde estalla la Batalla de Armagedon.
¡Atlántida! Su nombre resuena en nuestros oídos despertando una memoria olvidada, y nuestros corazones laten con el empuje de las olas que acariciaron sus milenarias costas. La patria de los hijos de Poseidón.
¡Atlántida! Fantasía para unos, realidad para otros. Quizá una civilización que vino de las estrellas, o que alcanzó las cumbres de la ciencia y la tecnología, para luego caer en el abismo de la barbarie; quizá la cuna de la magia, o tan sólo un arquetipo, un bello sueño idealizado de lo que podrá ser un mundo futuro.
En las páginas de este libro Atlántida se presenta como una civilización donde se enfrentaron fuerzas terribles; donde reinaron Dinastías Divinas y poderosas Órdenes de Magos. Una civilización perdida en los meandros del tiempo, en la que el ser humano tuvo que soportar batallas y cataclismos terribles; donde la ambición llevó a las más grandes traiciones y a los más sublimes sacrificios. Hombres, al fin y al cabo, enfrentados al Destino inexorable, como ocurre siempre en cada momento histórico donde estalla la Batalla de Armagedon.