En este libro vas a encontrar cinco cuentos que tratan de la emoción del enfado. Son relatos divertidos, que, además de entretener, pretenden ayudar al niño a comprender lo que sucede en su interior cuando siente rabia. Después de cada cuento hay una serie de preguntas que se pueden utilizar para establecer un dialogo muy interesante entre los adultos y los niños. A través de sus respuestas podremos ver cuáles son sus valores y cómo perciben e interpretan ellos este sentimiento.
Los niños necesitan poner nombre a las emociones que están experimentando y aprender a expresarlas.
Esta emoción surge ante una frustración porque algo no salgo como esperaban o un impedimento para hacer lo que uno quiere o se propone. Es también una reacción de irritación provocada por la indignación de sentir nuestros derechos vulnerados o por sentirnos engañados, heridos, manipulados, etc…
Los niños se enfadan con frecuencia y es natural en su proceso de crecimiento. Por un lado, se encuentran con límites y normas que los adultos les ponemos, por otro, las cosas que están aprendiendo a hacer, no siempre les salen bien, pero también se enfadan cuando están cansados o sufren estrés, de modo que hay diferentes formas de abordar esta emoción en función de cuál sea el detonante.
El enfado viene acompañado de cambios fisiológicos muy fuertes lo que motiva que a menudo su expresión no sea la apropiada. Por este motivo los cuentos le ofrecen al niño formas adecuadas de expresar esta emoción, o modelos inadecuados donde el lector puede ver las consecuencias negativas, pero también estrategias, como la relajación, para que aprenda lo que puede hacer para dejar de estar enfadado o controlar su rabia.
Merece la pena abordar la educación emocional de los niños y de las niñas para que aprendan a valorar y a expresar de forma adecuada el enfado y no lo repriman.
Los niños necesitan poner nombre a las emociones que están experimentando y aprender a expresarlas.
Esta emoción surge ante una frustración porque algo no salgo como esperaban o un impedimento para hacer lo que uno quiere o se propone. Es también una reacción de irritación provocada por la indignación de sentir nuestros derechos vulnerados o por sentirnos engañados, heridos, manipulados, etc…
Los niños se enfadan con frecuencia y es natural en su proceso de crecimiento. Por un lado, se encuentran con límites y normas que los adultos les ponemos, por otro, las cosas que están aprendiendo a hacer, no siempre les salen bien, pero también se enfadan cuando están cansados o sufren estrés, de modo que hay diferentes formas de abordar esta emoción en función de cuál sea el detonante.
El enfado viene acompañado de cambios fisiológicos muy fuertes lo que motiva que a menudo su expresión no sea la apropiada. Por este motivo los cuentos le ofrecen al niño formas adecuadas de expresar esta emoción, o modelos inadecuados donde el lector puede ver las consecuencias negativas, pero también estrategias, como la relajación, para que aprenda lo que puede hacer para dejar de estar enfadado o controlar su rabia.
Merece la pena abordar la educación emocional de los niños y de las niñas para que aprendan a valorar y a expresar de forma adecuada el enfado y no lo repriman.