Hace decenas de miles de años los chamanes de la prehistoria grababan en las paredes de las cuevas imágenes de coitos, falos y vulvas. En sus éxtasis ya relacionaban instintivamente la sexualidad con la religión. Repasando los anales de la humanidad vemos que el erotismo sagrado ha sido una constante en todos los momentos de la Historia.
Milenios después de los primeros chamanes, las experiencias místicas fueron siempre sospechosas para los inquisidores, reacios a tolerar una relación -para ellos sacrílega- entre la sexualidad y lo sagrado, ya que en todo éxtasis místico se atraviesa inevitablemente por un episodio cuyo síntoma principal es la erotización del cuerpo y la mente del religioso.
En este estudio profundizaremos en el fenómeno místico para intentar desvelar por qué la religión es indisociable del erotismo en las experiencias religiosas profundas; también repasaremos las implicaciones eróticas del milagro en el que la Virgen María le dio leche de su pecho a un santo varón, y lo que es más importante: que el santo chupe con su boca de los pechos de la Virgen para beber su leche; analizaremos asimismo el afán de algunos religiosos por infligirse castigos corporales que resultan sumamente placenteros; desvelaremos la conexión erótica que se esconde detrás del acto de comerse a Dios (teofagia) en la santa hostia (eucaristía); y les mostraremos otras muchas particularidades religiosas que no pueden abstraerse de las influencias eróticas.
Milenios después de los primeros chamanes, las experiencias místicas fueron siempre sospechosas para los inquisidores, reacios a tolerar una relación -para ellos sacrílega- entre la sexualidad y lo sagrado, ya que en todo éxtasis místico se atraviesa inevitablemente por un episodio cuyo síntoma principal es la erotización del cuerpo y la mente del religioso.
En este estudio profundizaremos en el fenómeno místico para intentar desvelar por qué la religión es indisociable del erotismo en las experiencias religiosas profundas; también repasaremos las implicaciones eróticas del milagro en el que la Virgen María le dio leche de su pecho a un santo varón, y lo que es más importante: que el santo chupe con su boca de los pechos de la Virgen para beber su leche; analizaremos asimismo el afán de algunos religiosos por infligirse castigos corporales que resultan sumamente placenteros; desvelaremos la conexión erótica que se esconde detrás del acto de comerse a Dios (teofagia) en la santa hostia (eucaristía); y les mostraremos otras muchas particularidades religiosas que no pueden abstraerse de las influencias eróticas.