El movimiento estructuralista fue la moda intelectual de los años sesenta en los países latinos (fundamentalmente Francia, Italia e Iberoamérica). Con anterioridad se había impuesto como método de investigación en Psicología (Gestalt) y Lingüística (Escuela de Praga). Luego alcanzó a la Etnología, el Psicoanálisis, la teoría marxista, la crítica literaria, etcétera. Su auge puede vincularse con la realidad del hombre contemporáneo, más “condicionado” que “creador” de las estructuras socioeconómicas y políticas en las que se desenvuelve. Posteriormente -junto al marxismo y a las “grandes teorías” que habían inspirado a la antropología hasta los ‘70- ha sido desplazado por el pensamiento posmoderno. Sobre la base de un texto de Estela Gurevich, analizamos su desarrollo teórico e histórico.
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