Tario tuvo que ser muy valiente para emprender un viaje solo sin saber a dónde iría ni cuánto tardaría. Tomó ese camino después de sufrir una depresión. Fue una decisión que no la lleva a cabo cualquiera porque siempre es más cómodo quedarse y seguir con lo que ya conoces, para no aventurarse a lo desconocido. El camino de Tario por más sencillo que parezca no lo es, al menos para mí.
Con Tario conocí a una persona solitaria cuya única compañía eran sus perritas, a las que cuidaba como si fueran sus hijas. Resolvía sus inconvenientes como un indígena o como un boina verde (depende de qué parte del camino estés). No se apegaba a la vida. Y a la muerte la veía por encima del hombro.
Él y yo estábamos en el camino de Santiago, pero en viajes diferentes. Yo paseaba. Él sobrevivía.
Con Tario conocí a una persona solitaria cuya única compañía eran sus perritas, a las que cuidaba como si fueran sus hijas. Resolvía sus inconvenientes como un indígena o como un boina verde (depende de qué parte del camino estés). No se apegaba a la vida. Y a la muerte la veía por encima del hombro.
Él y yo estábamos en el camino de Santiago, pero en viajes diferentes. Yo paseaba. Él sobrevivía.