Esa tarde salimos fuera de la cabaña, unos extraños sonidos nos llamaron la atención e hicieron que contempláramos el valle moteado de casas esperando encontrar sentido a lo escuchado. Era difícil definirlo intentando dilucidar su origen que no parecía provenir de ningún lugar en concreto, como si todo el cielo tocara una señal de aviso: inhumanas trompetas que semejaban ángeles despertando a la Humanidad. ¿Qué será este sonido? comentó María intrigada, mientras se abrazaba a mí en un gesto de miedo escondido en el refrescar de la tarde. El sonido se extendía por todo el valle. La sensación que provocaba en ti te mantenía en un estado de incredulidad, en el cual parecías debatirte entre lo que tu razón podía considerar y lo que tu sentir te decía que realmente ocurría.
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