Adrián la Fuente, guardia civil en activo de la Península, está pasando por un bache tanto en su vida personal como en la profesional. Lo que ignora es que todo es susceptible de empeorar. Se empieza a dar cuenta de ello cuando es trasladado a la ciudad de Ríos Verdes y el tren en el que viaja es objeto de un atentado terrorista. Comienza entonces una persecución que le llevará a recorrer toda la Península en pos de atrapar a una sombra: Trav.
Adrián considera que Trav es un asesino despiadado que no duda ni un solo instante en ejecutar sus planes más sanguinarios. El asesino posee un secreto que le ayuda a mantenerse alejado en todo momento de las intenciones de hacer justicia de Adrián, situación que le arrastra a éste al borde de la locura y al extremo de plantearse hacer cualquier cosa para atrapar a su hombre.
El agente de la Benemérita contempla la situación como una lucha entre el bien y mal percatándose, pronto, de que la barrera que separa estas dos opciones no está tan bien definida como él pensaba.
Protagonista y antagonista se enredan en un juego mortal que cambiara el destino de ambos y de parte de la humanidad.
Adrián considera que Trav es un asesino despiadado que no duda ni un solo instante en ejecutar sus planes más sanguinarios. El asesino posee un secreto que le ayuda a mantenerse alejado en todo momento de las intenciones de hacer justicia de Adrián, situación que le arrastra a éste al borde de la locura y al extremo de plantearse hacer cualquier cosa para atrapar a su hombre.
El agente de la Benemérita contempla la situación como una lucha entre el bien y mal percatándose, pronto, de que la barrera que separa estas dos opciones no está tan bien definida como él pensaba.
Protagonista y antagonista se enredan en un juego mortal que cambiara el destino de ambos y de parte de la humanidad.