Hace ya casi 20 años que escribí esta novela. Fue uno de mis primeros libros que superaba el centenar de páginas y al que me dediqué durante casi medio año, y un verano casi entero que recuerdo con bastante claridad. Ahora, tras unos dos años de trascripción del papel original a formato electrónico (que es el tiempo que me ha llevado, aproximadamente), por fin ve la luz.
Viéndolo con perspectiva he de confesar varios aspectos: el primero, el particular enfoque que le di en su día a algunos de sus capítulos, algo que hoy no haría. Asimismo la redacción e incluso el sentido de las palabras en el texto me parecen a veces forzados. Sin embargo no lo he retocado (los únicos retoques que ha recibido son de estilo y han sido el mínimo imprescindible) con la intención de conservar la frescura del original.
La historia sigue la traza de tipo novelístico-romántico que me gusta y que, por aquél tiempo, empezaba a calar hondo en mí. Más tarde escribiría varios de temática parecida, principalmente relatos, mucho más elaborados, pero este que tienes en tus manos puede considerarse la raíz o el embrión de todos ellos.
También, por aquél tiempo, las artes marciales estaban muy presentes en mi rutina (entrenaba prácticamente todos los días), algo que se ve claramente reflejado en el libro.
Curiosamente no es un libro de amor (aunque gire en torno a una historia de amor), y realmente no sé cómo lo he conseguido. Me refiero a contar una historia de amor manteniendo a los personajes en sus clichés y valores durante tantísimas páginas. Recuerdo vagamente que aquello me supuso no poco esfuerzo, y es un alarde de recursos que, cuando lo he estado transcribiendo estos últimos meses, me he sorprendido a mí mismo de poderlo llevar a cabo. Lógicamente, la historia gira en torno a esos dos personajes principales, y no va más allá, si se la mira fríamente, de un "chico conoce chica", tan antiguo como el mismo mundo. Sin embargo, todos los que estén acostumbrados a mis textos, todos mis queridos lectores, encontrarán en él la impronta habitual de un Fénix Hebrón emergente: la mezcla entre el bien y el mal, la lucha de clases, el abandono -principalmente de los protagonistas masculinos- frente a la seguridad y la fuerza de los personajes femeninos. Todos ellos en una posición medida, cautelosa, cuidada, pero que, por ello mismo, logran que al final te sorprendan y den un brusco giro, volviendo de nuevo a su papel inicial cuando la trama lo requiere.
En cierta forma es una novela compleja, no lo voy a negar, pero creo que he conseguido plasmarla con tanta sencillez, con situaciones tan normales y cotidianas, que a medida que uno la va leyendo olvida la red exterior multiforme y se encuentra con el personaje tal cual es, intentando comprender lo que le ocurre desde el punto más claro posible que su existencia le provee.
Pero también es una novela romántica, sigue un poco mis ahora lejanas, pero en aquéllos tiempos muy presentes, mini-novelas de librería de Bruguera o las ediciones de bolsillo detectivescas y rosas. En definitiva, una mezcla que en su día disfruté escribiendo y que, ahora, muchos años después, me ha supuesto un sacrificio enorme pasarla a formato electrónico.
Confío en que tú, querido lector o lectora, disfrutes de este esfuerzo porque, al fin y al cabo, ha sido ese el objeto último de su existencia. Confío también en que sepas excusar las posibles contradicciones o falta de madurez de un Fénix Hebrón en ciernes.
Muchas gracias por tu tiempo y que pases unas buenas horas de lectura.
Viéndolo con perspectiva he de confesar varios aspectos: el primero, el particular enfoque que le di en su día a algunos de sus capítulos, algo que hoy no haría. Asimismo la redacción e incluso el sentido de las palabras en el texto me parecen a veces forzados. Sin embargo no lo he retocado (los únicos retoques que ha recibido son de estilo y han sido el mínimo imprescindible) con la intención de conservar la frescura del original.
La historia sigue la traza de tipo novelístico-romántico que me gusta y que, por aquél tiempo, empezaba a calar hondo en mí. Más tarde escribiría varios de temática parecida, principalmente relatos, mucho más elaborados, pero este que tienes en tus manos puede considerarse la raíz o el embrión de todos ellos.
También, por aquél tiempo, las artes marciales estaban muy presentes en mi rutina (entrenaba prácticamente todos los días), algo que se ve claramente reflejado en el libro.
Curiosamente no es un libro de amor (aunque gire en torno a una historia de amor), y realmente no sé cómo lo he conseguido. Me refiero a contar una historia de amor manteniendo a los personajes en sus clichés y valores durante tantísimas páginas. Recuerdo vagamente que aquello me supuso no poco esfuerzo, y es un alarde de recursos que, cuando lo he estado transcribiendo estos últimos meses, me he sorprendido a mí mismo de poderlo llevar a cabo. Lógicamente, la historia gira en torno a esos dos personajes principales, y no va más allá, si se la mira fríamente, de un "chico conoce chica", tan antiguo como el mismo mundo. Sin embargo, todos los que estén acostumbrados a mis textos, todos mis queridos lectores, encontrarán en él la impronta habitual de un Fénix Hebrón emergente: la mezcla entre el bien y el mal, la lucha de clases, el abandono -principalmente de los protagonistas masculinos- frente a la seguridad y la fuerza de los personajes femeninos. Todos ellos en una posición medida, cautelosa, cuidada, pero que, por ello mismo, logran que al final te sorprendan y den un brusco giro, volviendo de nuevo a su papel inicial cuando la trama lo requiere.
En cierta forma es una novela compleja, no lo voy a negar, pero creo que he conseguido plasmarla con tanta sencillez, con situaciones tan normales y cotidianas, que a medida que uno la va leyendo olvida la red exterior multiforme y se encuentra con el personaje tal cual es, intentando comprender lo que le ocurre desde el punto más claro posible que su existencia le provee.
Pero también es una novela romántica, sigue un poco mis ahora lejanas, pero en aquéllos tiempos muy presentes, mini-novelas de librería de Bruguera o las ediciones de bolsillo detectivescas y rosas. En definitiva, una mezcla que en su día disfruté escribiendo y que, ahora, muchos años después, me ha supuesto un sacrificio enorme pasarla a formato electrónico.
Confío en que tú, querido lector o lectora, disfrutes de este esfuerzo porque, al fin y al cabo, ha sido ese el objeto último de su existencia. Confío también en que sepas excusar las posibles contradicciones o falta de madurez de un Fénix Hebrón en ciernes.
Muchas gracias por tu tiempo y que pases unas buenas horas de lectura.