Desde la llegada de Evo Morales al poder gubernamental de Bolivia, el trajinado país altiplanico se
constituyó progresivamente en el corazón continental del “Socialismo del Siglo XXI”, construcción de
poder que vino acompanada de un frondoso marketing pretendidamente precolombino. ¿Qué hay detras de tan
repentina invocación amerindia?, ¿un súbito rescate de la “coca sagrada” o un artificio propagandístico
funcional al narcotrafico?; ¿se pretende rescatar una “tradicion ancestral” o financiar una revolución
comunista con dinero ilegal?; ¿es Evo Morales el indio redentor de una causa postergada o el mestizo
impostor de una estafa consumada? En suma: ¿quién es, qué es, qée representa y a qué intereses responde
este emplumado cabecilla?
Apañado por el siempre desacertado progresismo trasnacional, Morales supo escenificar en su país una
colorida comparsa “originaria”, consistente en remplazar la figurita del guerrillero guevarista por la
del cocalero incomprendido, supliendo la soflama marxista por la indigenista, y permutando el acento
moscovita por el caraqueño. ¿Como se financia esta imaginativa mutacion ambiental?; pues sustituyendo los
rublos de la KGB por los narcodolares de la cocaina.
“El impostor, Evo Morales de la Pachamama al Narco-Estado” es la documentada y exhaustiva obra de Nicolás
Márquez que vino a desarmar este rebuscado armazón ideológico, filológico y estético del que se valen los
reciclados emisarios del neocomunismo para tratar de reinstalar los truncados e inconclusos experimentos
colectivistas y criminales del Siglo pasado.
Como ha escrito Alberto Benegas Lynch (h) en un fragmento del prólogo: “Nicolás Márquez nos entrega una
medulosa investigation sobre el caso boliviano, donde nos informa de lo que viene ocurriendo en esas
tierras (...) Marquez sostiene que el 'indigenismo no es mas que una ideología neomarxista' que de ningún
modo pretende la igualdad ante la ley sino un acendrado nacionalismo que pone al descubierto la cara
horrenda del siempre detestable racismo que se oculta tras esta fachada y apunta que Morales se disfraza
de indio cuando no lo es (...) a mi juicio esta producción es la obra más completa sobre el atropello
totalitario en Bolivia y sus ramificaciones en la región”.
constituyó progresivamente en el corazón continental del “Socialismo del Siglo XXI”, construcción de
poder que vino acompanada de un frondoso marketing pretendidamente precolombino. ¿Qué hay detras de tan
repentina invocación amerindia?, ¿un súbito rescate de la “coca sagrada” o un artificio propagandístico
funcional al narcotrafico?; ¿se pretende rescatar una “tradicion ancestral” o financiar una revolución
comunista con dinero ilegal?; ¿es Evo Morales el indio redentor de una causa postergada o el mestizo
impostor de una estafa consumada? En suma: ¿quién es, qué es, qée representa y a qué intereses responde
este emplumado cabecilla?
Apañado por el siempre desacertado progresismo trasnacional, Morales supo escenificar en su país una
colorida comparsa “originaria”, consistente en remplazar la figurita del guerrillero guevarista por la
del cocalero incomprendido, supliendo la soflama marxista por la indigenista, y permutando el acento
moscovita por el caraqueño. ¿Como se financia esta imaginativa mutacion ambiental?; pues sustituyendo los
rublos de la KGB por los narcodolares de la cocaina.
“El impostor, Evo Morales de la Pachamama al Narco-Estado” es la documentada y exhaustiva obra de Nicolás
Márquez que vino a desarmar este rebuscado armazón ideológico, filológico y estético del que se valen los
reciclados emisarios del neocomunismo para tratar de reinstalar los truncados e inconclusos experimentos
colectivistas y criminales del Siglo pasado.
Como ha escrito Alberto Benegas Lynch (h) en un fragmento del prólogo: “Nicolás Márquez nos entrega una
medulosa investigation sobre el caso boliviano, donde nos informa de lo que viene ocurriendo en esas
tierras (...) Marquez sostiene que el 'indigenismo no es mas que una ideología neomarxista' que de ningún
modo pretende la igualdad ante la ley sino un acendrado nacionalismo que pone al descubierto la cara
horrenda del siempre detestable racismo que se oculta tras esta fachada y apunta que Morales se disfraza
de indio cuando no lo es (...) a mi juicio esta producción es la obra más completa sobre el atropello
totalitario en Bolivia y sus ramificaciones en la región”.