Incunables se denominan a las ediciones de libros antiguos escritos entre los siglos XV y XVI. El estudio de los incunables es una importante fuente de información para conocer la evolución y el desarrollo del arte de la imprenta, y también porque existen algunos ejemplares de incalculable valor, como son los incunables correspondientes a las primeras ediciones de muchas obras clásicas, medievales y del renacimiento. El primer impreso español que se conserva en la actualidad es un Sinodal de 1472 que registra actas de una reunión celebrada en Segovia. Incunables españoles de gran valor son la Biblia impresa en Valencia en 1478, Los trabajos de Hércules de Enrique de Villena (Zamora, 1483), Tirante el Blanco de Joanot Martorell (Valencia, 1490), Gramática de Nebrija (Salamanca, 1492) y la primera edición de La Celestina de Fernando de Rojas (sin fecha ni lugar de impresión). Entre las colecciones de incunables, unos treinta y cinco mil ejemplares aproximadamente, se encuentran los volúmenes que publicó el impresor alemán Johann Gutenberg.
Existen algunos incunables que no están catalogados, de los cuales existe conocimiento, sospechas, transmisión oral hermética, rastros y documentación que avalan su existencia, pero que el tiempo, las guerras, las persecuciones religiosas, los actos de piratería, los coleccionistas y las sectas han hecho que desaparezcan y vayan cambiando de manos, con esporádicas apariciones, con el correr de los siglos.
Un ejemplo es el libro de ajedrez escrito por Francesh Vicent, quien publicó en 1495 un libro que contenía cien problemas del juego escrito en idioma catalán. Este libro desapareció en circunstancias novelescas y es conocido gracias a las descripciones de bibliófilos antiguos, quienes relatan sobre la existencia de un ejemplar, en la biblioteca de monasterio benedictino de Montserrat en 1796. El precioso libro desapareció en 1811 durante la invasión napoleónica, cuando tropas francesas se atrincheraron en el monasterio y utilizaron viejos manuscritos y pergaminos para fabricar balas de fusil. Los intentos realizados hasta la actualidad para hallar otros ejemplares de este antiguo libro han sido infructuosos.
En general, los incunables, son libros codiciados por su contenido oculto, por su antigüedad y en algunos casos por el poder que representan, real o simbólico. Algunos hablan sobre el pasado, otros sobre el futuro. Lo cierto es que organizaciones especulativas, grupos religiosos, sectas esotéricas, mafias, coleccionistas oficiales (museos y organizaciones culturales) y privados, permanentemente recorren el mundo en búsqueda de rastros, noticias, paraderos y no dudan en recurrir a cualquier método para obtenerlos...
Existen algunos incunables que no están catalogados, de los cuales existe conocimiento, sospechas, transmisión oral hermética, rastros y documentación que avalan su existencia, pero que el tiempo, las guerras, las persecuciones religiosas, los actos de piratería, los coleccionistas y las sectas han hecho que desaparezcan y vayan cambiando de manos, con esporádicas apariciones, con el correr de los siglos.
Un ejemplo es el libro de ajedrez escrito por Francesh Vicent, quien publicó en 1495 un libro que contenía cien problemas del juego escrito en idioma catalán. Este libro desapareció en circunstancias novelescas y es conocido gracias a las descripciones de bibliófilos antiguos, quienes relatan sobre la existencia de un ejemplar, en la biblioteca de monasterio benedictino de Montserrat en 1796. El precioso libro desapareció en 1811 durante la invasión napoleónica, cuando tropas francesas se atrincheraron en el monasterio y utilizaron viejos manuscritos y pergaminos para fabricar balas de fusil. Los intentos realizados hasta la actualidad para hallar otros ejemplares de este antiguo libro han sido infructuosos.
En general, los incunables, son libros codiciados por su contenido oculto, por su antigüedad y en algunos casos por el poder que representan, real o simbólico. Algunos hablan sobre el pasado, otros sobre el futuro. Lo cierto es que organizaciones especulativas, grupos religiosos, sectas esotéricas, mafias, coleccionistas oficiales (museos y organizaciones culturales) y privados, permanentemente recorren el mundo en búsqueda de rastros, noticias, paraderos y no dudan en recurrir a cualquier método para obtenerlos...