El Lago de Carucedo es una preciosa rareza llena de sorpresas, narrada en la escenografía prodigiosa del lago de Carucedo, Las Médulas y las aldeas de Lago y Villarrando. Escrito en 1840, durante una convalecencia en la que Gil recorrió El Bierzo, ha sido injustamente olvidado, como casi toda la obra de Gil.
BIBLIOTECA GIL Y CARRASCO presenta esta edición ilustrada, cuidada por Francisco Macías [editor, natural de Lago] y Valentín Carrera, que incluye tres Lecturas.
Tema y leyenda en el Lago de Carucedo, de Paz Díez-Taboada, escritora y poeta gallega, incardina la novela de Gil en la leyenda universal de la ciudad sumergida, “que no cumplió con el sagrado deber de la hospitalidad”, aquí arrasada por el Diluvio Universal berciano.
Michael Iarocci [Universidad de California], analiza cómo El Lago de Carucedo fue un laboratorio en el que Gil ensayó temas y técnicas que luego perfeccionaría en El Señor de Bembibre.
Cuento y drama romántico, del catedrático santanderino Borja Rodríguez, aborda sin complejos la religiosidad de Gil, descorriendo el velo piadoso a propósito de esta novela casi satánica: “Rebelión total y absoluta contra la religión y contra Dios, en la que la imagen de la Virgen se transforma en una burla más de una divinidad inmisericorde”.
Haga el lector su propia lectura y saque la conclusión que buenamente quiera, que todo será posible en Gil, pues su filosofía y su obra no son simples, sino ricas profundas en matices. Una lectura imprescindible en los institutos y bibliotecas de León y El Bierzo, para suscitar el filandón y dejar que la voz y la memoria tiren de los hilos de la leyenda.
BIBLIOTECA GIL Y CARRASCO presenta esta edición ilustrada, cuidada por Francisco Macías [editor, natural de Lago] y Valentín Carrera, que incluye tres Lecturas.
Tema y leyenda en el Lago de Carucedo, de Paz Díez-Taboada, escritora y poeta gallega, incardina la novela de Gil en la leyenda universal de la ciudad sumergida, “que no cumplió con el sagrado deber de la hospitalidad”, aquí arrasada por el Diluvio Universal berciano.
Michael Iarocci [Universidad de California], analiza cómo El Lago de Carucedo fue un laboratorio en el que Gil ensayó temas y técnicas que luego perfeccionaría en El Señor de Bembibre.
Cuento y drama romántico, del catedrático santanderino Borja Rodríguez, aborda sin complejos la religiosidad de Gil, descorriendo el velo piadoso a propósito de esta novela casi satánica: “Rebelión total y absoluta contra la religión y contra Dios, en la que la imagen de la Virgen se transforma en una burla más de una divinidad inmisericorde”.
Haga el lector su propia lectura y saque la conclusión que buenamente quiera, que todo será posible en Gil, pues su filosofía y su obra no son simples, sino ricas profundas en matices. Una lectura imprescindible en los institutos y bibliotecas de León y El Bierzo, para suscitar el filandón y dejar que la voz y la memoria tiren de los hilos de la leyenda.