Descubran la obra de un autor francés que tuvo una influencia significativa sobre sus contemporáneos
En su juventud, Marcel Schwob mantuvo una intensa y profunda relación con una joven prostituta de un barrio obrero, Louise, que sería el amor de su vida. El libro de Monelle fue escrito a partir del profundo dolor que le provocó su muerte en 1893. Más que una narración, nos encontramos con una colección de hermosos cuentos, a veces inquietantes, siempre vitales, escritos desde lo más profundo. Unos textos repletos de bellísimas sentencias poéticas. Un libro que merece ser asimilado desde el corazón.
Una bella traducción en castellano del texto de Marcel Schwob. Además de Monelle, personajes como Ramita, la reina Mandona, la Barquerita, el diablo verde, y Lobita, recrean todos los universos de la literatura infantil, herederos y referencia de la tradición cuentística, que Marcel Schwob recoge y adapta en sus relatos.
CRÍTICAS
- «En todas partes del mundo hay devotos de Marcel Schwob que constituyen pequeñas sociedades secretas.» Jorge Luis Borges
- «Será un autor menor, pero su influencia es visible en obras de Borges, Faulkner, Cunqueiro, Perec, Tabucchi, Bolaño, Sophie Calle, Michon.» - Enrique Vila-Matas
SOBRE EL AUTOR
(Chaville, 1867 – París, 1905) Fue escritor, crítico literario y traductor. Desde muy pronto reveló sus dotes como políglota, convirtiéndose en traductor de autores como Robert Louis Stevenson, del que fue gran admirador. Fue un enamorado de los juegos lingüísticos y estructuras medievales, que mezclaba con nuevas tendencias en textos híbridos entre la prosa y la poesía. La brevedad de su vida no le impidió desarrollar una obra singular y personal, muy próxima al simbolismo. Publicó textos breves, a medio camino entre el relato y los poemas en prosa, en los que creó procedimientos literarios que tendrán influencia en autores posteriores. Así, El libro de Monelle (1894) tuvo influencia en André Gide y La cruzada de los niños (1895) en William Faulkner y Jerzy Andrzejewski. Jorge Luis Borges escribió que sus Vidas imaginarias (1896) fueron el punto de partida de su narrativa, calificando su propia Historia universal de la infamia como una «copia rebajada» de esta obra.
EXTRACTO
Del pequeño cerco que rodeaba el grisáceo cuartel en lo alto del acantilado surgió un brazo infantil que sostenía un paquete atado con una cinta rosa.
—Primero coge esto, dijo una voz de niña. Ten mucho cuidado: puede romperse. Ahora, ayúdame.
Una fina lluvia caía acompasada sobre las grietas de la roca de la profunda cala y cribaba el remolino de las olas al pie del acantilado. Un grumete que vigilaba el cerco se aproximó y dijo en voz baja:
—Venga, pasa, date prisa.
La niña gritó:
—¡No, no, no! No puedo. Tengo que esconder mi paquetito, quiero llevar mis cosas. ¡Egoísta! ¿Es que no ves que me voy a mojar?
El inexperto marinero torció el morro y cogió el paquete. Pero el papel empapado se rompió y cayeron al barro triángulos de seda amarilla y violeta llenos de flores, cintas de terciopelo y un pantaloncito de muñeca en tela de batista, un corazón de oro hueco con una bisagra y un carrete entero de hilo rojo. La niña cruzó el cerco, se pinchó las manos con las ramas, y sus labios temblaron.
En su juventud, Marcel Schwob mantuvo una intensa y profunda relación con una joven prostituta de un barrio obrero, Louise, que sería el amor de su vida. El libro de Monelle fue escrito a partir del profundo dolor que le provocó su muerte en 1893. Más que una narración, nos encontramos con una colección de hermosos cuentos, a veces inquietantes, siempre vitales, escritos desde lo más profundo. Unos textos repletos de bellísimas sentencias poéticas. Un libro que merece ser asimilado desde el corazón.
Una bella traducción en castellano del texto de Marcel Schwob. Además de Monelle, personajes como Ramita, la reina Mandona, la Barquerita, el diablo verde, y Lobita, recrean todos los universos de la literatura infantil, herederos y referencia de la tradición cuentística, que Marcel Schwob recoge y adapta en sus relatos.
CRÍTICAS
- «En todas partes del mundo hay devotos de Marcel Schwob que constituyen pequeñas sociedades secretas.» Jorge Luis Borges
- «Será un autor menor, pero su influencia es visible en obras de Borges, Faulkner, Cunqueiro, Perec, Tabucchi, Bolaño, Sophie Calle, Michon.» - Enrique Vila-Matas
SOBRE EL AUTOR
(Chaville, 1867 – París, 1905) Fue escritor, crítico literario y traductor. Desde muy pronto reveló sus dotes como políglota, convirtiéndose en traductor de autores como Robert Louis Stevenson, del que fue gran admirador. Fue un enamorado de los juegos lingüísticos y estructuras medievales, que mezclaba con nuevas tendencias en textos híbridos entre la prosa y la poesía. La brevedad de su vida no le impidió desarrollar una obra singular y personal, muy próxima al simbolismo. Publicó textos breves, a medio camino entre el relato y los poemas en prosa, en los que creó procedimientos literarios que tendrán influencia en autores posteriores. Así, El libro de Monelle (1894) tuvo influencia en André Gide y La cruzada de los niños (1895) en William Faulkner y Jerzy Andrzejewski. Jorge Luis Borges escribió que sus Vidas imaginarias (1896) fueron el punto de partida de su narrativa, calificando su propia Historia universal de la infamia como una «copia rebajada» de esta obra.
EXTRACTO
Del pequeño cerco que rodeaba el grisáceo cuartel en lo alto del acantilado surgió un brazo infantil que sostenía un paquete atado con una cinta rosa.
—Primero coge esto, dijo una voz de niña. Ten mucho cuidado: puede romperse. Ahora, ayúdame.
Una fina lluvia caía acompasada sobre las grietas de la roca de la profunda cala y cribaba el remolino de las olas al pie del acantilado. Un grumete que vigilaba el cerco se aproximó y dijo en voz baja:
—Venga, pasa, date prisa.
La niña gritó:
—¡No, no, no! No puedo. Tengo que esconder mi paquetito, quiero llevar mis cosas. ¡Egoísta! ¿Es que no ves que me voy a mojar?
El inexperto marinero torció el morro y cogió el paquete. Pero el papel empapado se rompió y cayeron al barro triángulos de seda amarilla y violeta llenos de flores, cintas de terciopelo y un pantaloncito de muñeca en tela de batista, un corazón de oro hueco con una bisagra y un carrete entero de hilo rojo. La niña cruzó el cerco, se pinchó las manos con las ramas, y sus labios temblaron.