El Manifiesto Ecologista” es el primer volumen de una serie llamada “El Grupo Roraima para la Defensa Ambiental”. En él, Serge, un viejo ingeniero, toma conciencia de ser un Asperger en el día en que descubre a un grupo ambientalista que planea un atentado contra una planta contaminadora y que lo amenaza con raptar a su hijo. Al mismo tiempo que emprende una exploración al inconsciente guiado por su ánima, para conocer al ermitaño oculto tras sus rasgos Asperger, quien le dirá para qué vino al mundo, recorre selvas, tepuyes y ríos de Venezuela y Guyana en busca de ellos. Al encontrarlos, su líder le dice:
“…imagina que un grupo extremista de una generación sucesora decide evaluar a la precedente, en su compromiso de impulsar el crecimiento sin comprometer el futuro de sus hijos, y concluye que sólo hubo lasitud, negligencia y egoísmo, hábilmente disfrazados con las declaraciones vacías de mandatarios y funcionarios, a quienes en el fondo solo les importaba el crecimiento y las elecciones en curso. Ese grupo bien podría decidir poner una bomba atómica y acabar con un área industrial, o, más fácil aún, sabotear y hacer explotar una planta nuclear, como única forma de llamar la atención de las masas. Si el mundo poderoso no toma conciencia de que este planeta es finito, en el otro mundo, en el de los jóvenes y de los pueblos que están siendo despojados de sus ecosistemas, nacerá una ola de terrorismo ecológico que llegará a ser inmensa.”
“…imagina que un grupo extremista de una generación sucesora decide evaluar a la precedente, en su compromiso de impulsar el crecimiento sin comprometer el futuro de sus hijos, y concluye que sólo hubo lasitud, negligencia y egoísmo, hábilmente disfrazados con las declaraciones vacías de mandatarios y funcionarios, a quienes en el fondo solo les importaba el crecimiento y las elecciones en curso. Ese grupo bien podría decidir poner una bomba atómica y acabar con un área industrial, o, más fácil aún, sabotear y hacer explotar una planta nuclear, como única forma de llamar la atención de las masas. Si el mundo poderoso no toma conciencia de que este planeta es finito, en el otro mundo, en el de los jóvenes y de los pueblos que están siendo despojados de sus ecosistemas, nacerá una ola de terrorismo ecológico que llegará a ser inmensa.”