Este breve relato del siglo V, recoge la sobrecogedora tradición sobre el martirio de San Lorenzo, que forma parte de la llamada Pasión de Policronio.
San Lorenzo, nacido en Hispania, fue uno de los siete diáconos de Roma y allí fue martirizado en torno al año 250. En tiempos del papa San Sixto, Lorenzo fue ordenado diácono y encargado de administrar los bienes de la Iglesia y el cuidado de los pobres. Durante la persecución de Decio, Lorenzo fue encarcelado. Cuando fue llamado ante el emperador para que entregase todos los tesoros de la iglesia, san Lorenzo se presento con los más pobres de la ciudad de Roma diciendo: “Estos son los tesoros de la Iglesia”.
Este hecho causó una gran furia al emperador, que ordenó fuese torturado cruelmente. Según el Papa Inocencio III, los diez tormentos con que fue martirizado san Lorenzo fueron: cárcel, escorpiones, cadenas, palos láminas incandescentes, látigos emplomados, potro, descoyuntamiento, piedras, horcas y, finalmente, ser asado sobre el fuego en la Vía Tiburtina.
San Lorenzo, nacido en Hispania, fue uno de los siete diáconos de Roma y allí fue martirizado en torno al año 250. En tiempos del papa San Sixto, Lorenzo fue ordenado diácono y encargado de administrar los bienes de la Iglesia y el cuidado de los pobres. Durante la persecución de Decio, Lorenzo fue encarcelado. Cuando fue llamado ante el emperador para que entregase todos los tesoros de la iglesia, san Lorenzo se presento con los más pobres de la ciudad de Roma diciendo: “Estos son los tesoros de la Iglesia”.
Este hecho causó una gran furia al emperador, que ordenó fuese torturado cruelmente. Según el Papa Inocencio III, los diez tormentos con que fue martirizado san Lorenzo fueron: cárcel, escorpiones, cadenas, palos láminas incandescentes, látigos emplomados, potro, descoyuntamiento, piedras, horcas y, finalmente, ser asado sobre el fuego en la Vía Tiburtina.