Mi nombre no te importa, lector entrometido, lo único que importa es mi profesión: yo soy una periodista que se dedica a investigar los casos más abominables de la violencia machista. En mi larga carrera he investigado los casos más execrables de esa lacra que es la violencia misógina, no obstante, en esta ocasión me quedé pasmada cuando tuve que investigar un doble asesinato perpetrado por un celópata, instigado por las cartas muy fraudulentas de un psicópata que parecía un fantasma, pues nadie sabía cómo aparecía, ni cómo desaparecía. Mi labor fue precisamente desenmascararlo. ¡Y vaya sorpresa tan desagradable que me llevé! ¡Ojalá nunca lo hubiera descubierto!
Este relato que te voy a contar, lector entrometido, es el más espeluznante con diferencia que yo haya visto, leído o escuchado. Con decirte que la tragedia de Otelo me parece una tira cómica después de haber investigado el caso de los celos más esquizofrénicos, truculentos y aberrantes que yo haya visto. ¡El mayor monstruo, los celos!
Este relato que te voy a contar, lector entrometido, es el más espeluznante con diferencia que yo haya visto, leído o escuchado. Con decirte que la tragedia de Otelo me parece una tira cómica después de haber investigado el caso de los celos más esquizofrénicos, truculentos y aberrantes que yo haya visto. ¡El mayor monstruo, los celos!