Como muchos de los mandatarios colombianos de fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, José Manuel Marroquín, miembro de una poderosa familia involucrada desde un comienzo en la gesta independista, cultivó el estudio de las letras, al lado de sus labores de estadista. Escribió prolíficamente estudios de carácter literario, filológico e histórico, así como poesía, y cuatro novelas, dentro de las cuales “El Moro” destaca por su valor literario y autenticidad. En esta, a través de las desventuras de un caballo que narra su historia en primera persona, y las duras condiciones de vida que debe sobrellevar, lega a la posteridad un fiel retrato de su época, a través de personajes de todas las clases sociales de la sociedad bogotana de entonces, reflejados en sus contrapartes equinos, y también, del afecto por las fértiles tierras que lo vieron nacer.
“¡Dichosos los caballos y dichosos todos los vivientes a quienes ha tocado habitar en la Sabana de Bogotá!”
“¡Dichosos los caballos y dichosos todos los vivientes a quienes ha tocado habitar en la Sabana de Bogotá!”