Un día cualquiera, de un mes cualquiera del otoño del año entre 1980 y 1985.
Se gestó el nacimiento del Alpha de las energías renovables.
Ese día desde una de las mentes más prodigiosas que he tenido el placer de conocer; mi padre Joaquín Falque Bedos, me propuso sacar energía del mar o de los océanos.
El embrión se lanzó en la lucha de la vida. Junto con muchos más embriones comenzó a trepar para alcanzar la meta y en unos pocos días comenzó a formarse.
Al comienzo, fue un sueño, una esperanza de vida. Como muchas personas han tenido, tienen y tendrán. Algunos sueños, se quedarán en el camino y otros se fortalecerán con el paso del tiempo.
Este embrión, empezó a sentir vida de la forma más rudimentaria, pero mi gran preocupación, no era la forma de obtener la energía eléctrica, mi gran preocupación era preguntarme por qué nadie hablaba de la forma de obtener electricidad del mar.
Miraba las noticias, las revistas especializadas y de lo que se hablaba era de la mareomotriz y de la undimotriz, pero nada se hablaba de que obtuvieran electricidad del salto de agua del mar tal y como lo hacen las hidroeléctricas.
Comienza Google y puedo contratar una herramienta para ponerte en contacto con el mundo sin necesidad de ir a la biblioteca o mirar las revistas, era la época de los 98 o 99.
Miraba páginas y páginas sin resultado, cambiaba la pregunta y seguía sin ver los resultados que deseaba ver.
Comencé entonces a planificar la forma de obtener la electricidad a mi forma.
Primero era una rueda enorme, movida por la corriente.
La deseché a los pocos meses porque me percaté que la noria daría vueltas en los dos sentidos y seguro que no daría el resultado que deseaba.
Pasaron años, pero yo seguía buscando los resultados que deseaba.
Primero, quería ver que algún ingeniero habría intentado crearlo y desechado por no funcionar. Eso me quitaría ese sueño de la cabeza y lo más importante, mi interrogante.
Segundo, quería saber que aún sería el primero en observar dicho logro y seguir pensando en la forma de mejorar mi proyecto.
Pasaron los años y sucedieron muchos acontecimientos en mi vida. Lo que significa que el proyecto pasó a formar parte de un segundo plano.
Hasta que llegó el futuro que todo el mundo no quiere que llegue, pero al final llegamos.
Se gestó el nacimiento del Alpha de las energías renovables.
Ese día desde una de las mentes más prodigiosas que he tenido el placer de conocer; mi padre Joaquín Falque Bedos, me propuso sacar energía del mar o de los océanos.
El embrión se lanzó en la lucha de la vida. Junto con muchos más embriones comenzó a trepar para alcanzar la meta y en unos pocos días comenzó a formarse.
Al comienzo, fue un sueño, una esperanza de vida. Como muchas personas han tenido, tienen y tendrán. Algunos sueños, se quedarán en el camino y otros se fortalecerán con el paso del tiempo.
Este embrión, empezó a sentir vida de la forma más rudimentaria, pero mi gran preocupación, no era la forma de obtener la energía eléctrica, mi gran preocupación era preguntarme por qué nadie hablaba de la forma de obtener electricidad del mar.
Miraba las noticias, las revistas especializadas y de lo que se hablaba era de la mareomotriz y de la undimotriz, pero nada se hablaba de que obtuvieran electricidad del salto de agua del mar tal y como lo hacen las hidroeléctricas.
Comienza Google y puedo contratar una herramienta para ponerte en contacto con el mundo sin necesidad de ir a la biblioteca o mirar las revistas, era la época de los 98 o 99.
Miraba páginas y páginas sin resultado, cambiaba la pregunta y seguía sin ver los resultados que deseaba ver.
Comencé entonces a planificar la forma de obtener la electricidad a mi forma.
Primero era una rueda enorme, movida por la corriente.
La deseché a los pocos meses porque me percaté que la noria daría vueltas en los dos sentidos y seguro que no daría el resultado que deseaba.
Pasaron años, pero yo seguía buscando los resultados que deseaba.
Primero, quería ver que algún ingeniero habría intentado crearlo y desechado por no funcionar. Eso me quitaría ese sueño de la cabeza y lo más importante, mi interrogante.
Segundo, quería saber que aún sería el primero en observar dicho logro y seguir pensando en la forma de mejorar mi proyecto.
Pasaron los años y sucedieron muchos acontecimientos en mi vida. Lo que significa que el proyecto pasó a formar parte de un segundo plano.
Hasta que llegó el futuro que todo el mundo no quiere que llegue, pero al final llegamos.