Nina Borg, una enfermera con una gran conciencia social, ve cómo la estabilidad de su vida se tambalea cuando recibe la llamada de Karin, una amiga que le pide un favor aparentemente sin complicaciones: que vaya a recoger una maleta en la estación de trenes. Su sorpresa es mayúscula cuando, al abrir la maleta, descubre que contiene un niño. Mientras, en Lituania, el pequeño Miklas ha sido secuestrado. Su madre, Sigita, se despierta en un hospital y denuncia la desaparición de su hijo, pero la policía no la cree. Sin embargo, cuando desaparecen otros niños en circunstancias parecidas, las autoridades lituanas no tendrán más remedio que tomarse muy en serio su denuncia.
Destacamos esta historia porque es más auténtica y más conmovedora que otras del género y porque -tanto en la forma concisa, descriptiva y austera del relato como en la protagonista, Nina, que es un personaje normal, imperfecto y muy creíble- se nota muchísimo el origen literario de las autoras.