Jaime era un niño de diez años que vivía en un pueblo de los Picos de Europa, en la Región de Asturias, en España. La emigración, debida al paro y a la vida dura de los pueblos, había hecho que en este quedasen pocos niños. De su edad ya solo quedaba Eulogio.
Como muchos sábados, aquel día subieron a la casa que el Tío Guzmán tenía en un alto valle, donde con un gran horno lineal producía ladrillos. Como siempre, iban a espiarle y a divertirse a su costa. Pero esta vez Guzmán les estaba esperando por el camino, oculto entre arbustos. Les azuzó a dos enormes perros doberman, entrenados para morder en el cuello, que destrozaron y mataron a Eulogio. Jaime logró salvarse corriendo hacia el pueblo a la mayor velocidad que pudo.
La Guardia Civil no encontró pruebas. El niño y los perros los había metido Guzmán en el horno, y la lluvia había diluido y hecho desaparecer la sangre. Y, con gran sangre fría, negó que el niño hubiese estado allí.
Jaime se fue a Paris con sus padres, porque de la tierra y del ganado ya no sacaban suficiente para vivir. A los 18 años entró en la Legión Extranjera Francesa, en la que estuvo mucho tiempo, participó en incontables acciones armadas, y obtuvo el grado de Teniente por méritos de guerra.
Dejó la Legión para incorporarse a un buen puesto de trabajo en una empresa de seguridad. Pero antes de comenzar decidió hacer lo que tenía pendiente. Volver a su pueblo a desenmascarar al Tío Guzmán, obligarle a confesar, y lograr que fuese a la cárcel. Y se llevó sus armas porque sabía que Guzmán no se lo pondría fácil.
¿Logró Jaime hacer confesar a Guzmán, sin matarle, sin que le matase, y sin resultar implicado en ningún delito?.
Como muchos sábados, aquel día subieron a la casa que el Tío Guzmán tenía en un alto valle, donde con un gran horno lineal producía ladrillos. Como siempre, iban a espiarle y a divertirse a su costa. Pero esta vez Guzmán les estaba esperando por el camino, oculto entre arbustos. Les azuzó a dos enormes perros doberman, entrenados para morder en el cuello, que destrozaron y mataron a Eulogio. Jaime logró salvarse corriendo hacia el pueblo a la mayor velocidad que pudo.
La Guardia Civil no encontró pruebas. El niño y los perros los había metido Guzmán en el horno, y la lluvia había diluido y hecho desaparecer la sangre. Y, con gran sangre fría, negó que el niño hubiese estado allí.
Jaime se fue a Paris con sus padres, porque de la tierra y del ganado ya no sacaban suficiente para vivir. A los 18 años entró en la Legión Extranjera Francesa, en la que estuvo mucho tiempo, participó en incontables acciones armadas, y obtuvo el grado de Teniente por méritos de guerra.
Dejó la Legión para incorporarse a un buen puesto de trabajo en una empresa de seguridad. Pero antes de comenzar decidió hacer lo que tenía pendiente. Volver a su pueblo a desenmascarar al Tío Guzmán, obligarle a confesar, y lograr que fuese a la cárcel. Y se llevó sus armas porque sabía que Guzmán no se lo pondría fácil.
¿Logró Jaime hacer confesar a Guzmán, sin matarle, sin que le matase, y sin resultar implicado en ningún delito?.