Durante la transición española los dos principales partidos políticos de la izquierda experimentaron una acusada y acelerada transformación ideológica. El Partido Socialista Obrero Español pasó de la enfática y retórica afirmación de un socialismo de resonancias marxistas a la apuesta por una nueva concepción menos formalizada que osciló entre la socialdemocracia y el liberalismo social. Por su parte, el Partido Comunista de España se distanció significativamente de la ortodoxia marxista-leninista para impulsar un nuevo fenómeno ideológico, el eurocomunismo, que entró en bancarrota al final del proceso. En apenas un quinquenio ambos partidos experimentaron cambios significativos y en cierta forma convulsos en sus formulaciones doctrinarias, y lo más llamativo es que estas variaciones se expresaron en los escritos e intervenciones de los mismos dirigentes políticos. De forma paralela ambos partidos diseñaron trayectorias inversas a lo largo de la transición. El PCE inició el proceso siendo el partido más numeroso, activo e influyente en la lucha contra la dictadura y lo terminó roto en pedazos y con unos resultados electorales catastróficos. Por su parte el PSOE lo inició siendo una fuerza desnaturalizada y marginal en el conjunto de la oposición activa al Régimen y lo concluyó con una abrumadora mayoría absoluta en las elecciones de 1982. En definitiva, ambos partidos intervinieron activamente en un proceso de cambio institucional durante el cual terminaron cambiando ellos mismos.
En El PCE y el PSOE en (la) Transición se analiza la relación problemática que la izquierda mantuvo en la transición con sus tradiciones doctrinales y se ponderan los complejos factores que motivaron su acusado cambio ideológico.
En El PCE y el PSOE en (la) Transición se analiza la relación problemática que la izquierda mantuvo en la transición con sus tradiciones doctrinales y se ponderan los complejos factores que motivaron su acusado cambio ideológico.