Dentro de la serie De la sistematización de Occidente y en consonancia con la Introducción al Neomarxismo, El pecado de la modernidad se centra en la evolución de la cultura occidental. Es un acercamiento multidisciplinar, pero en el sentido de que el análisis mismo contiene todas las connotaciones y alcances de las diversas disciplinas; integradas de modo tal entonces que no resultan en diversos espectros superpuestos, sino en una línea propia de comprensión de la realidad, que ya integra todos estos espectros en uno solo. Es así una lectura compleja, pero que por lo mismo es muy suficiente, capaz en ello de comprender las sutilezas y complejidad propia de lo real sin distorsionarlo en una simplificación.
Este título en particular rastrea la crisis de la cultura occidental en su naturaleza, para detectar del modo más completo el momento y modo en que ocurre esa distorsión; resultando en uno de los hallazgos más insólitos sobre la forma imperceptible en que esta ocurre, y por mano de qué actores del drama que así resulta de la Historia de Occidente. El pecado de la modernidad es también y por tanto una propuesta crítica sobre la ética, pero no en el modo axiomático de los discursos éticos; sino que recreándose en la reflexión, se dirige a la raíz misma de los problemas, proponiendo las alternativas y desnudando la paradoja de nuestra propia culpabilidad.
Este título en particular rastrea la crisis de la cultura occidental en su naturaleza, para detectar del modo más completo el momento y modo en que ocurre esa distorsión; resultando en uno de los hallazgos más insólitos sobre la forma imperceptible en que esta ocurre, y por mano de qué actores del drama que así resulta de la Historia de Occidente. El pecado de la modernidad es también y por tanto una propuesta crítica sobre la ética, pero no en el modo axiomático de los discursos éticos; sino que recreándose en la reflexión, se dirige a la raíz misma de los problemas, proponiendo las alternativas y desnudando la paradoja de nuestra propia culpabilidad.