Con motivo del centenario de su nacimiento, Siruela propone un nuevo acercamiento a la obra poética de Juan Eduardo Cirlot, una figura sin igual en la literatura española del siglo XX. Esta edición incorpora además el poema inédito «Diálogo infinito».
La poeta Elena Medel plantea en esta antología una doble meta: la del reencuentro para aquellos lectores que ya han descubierto los versos del escritor barcelonés y, de manera esencial, la de la revelación para quienes desconozcan su obra.
«Obviemos el prejuicio ante Juan Eduardo Cirlot como poeta maldito y difícil, y acerquémonos con reservas al prejuicio ante Cirlot como excepción en su tiempo. Esforcémonos por comprender su escritura desde el tiempo en el que se escribe: un país en dictadura, cerrado no ya a lo que ocurre en ese momento en un mismo continente o en una misma lengua, sino a lo que ocurrió en ese mismo espacio y en ese mismo idioma durante los años anteriores a la guerra. Esforcémonos por comprender a un poeta que recurre como fuente de sugestión a una experiencia alejada de la intimidad, y vinculada a la literatura y al arte y a la música y al cine, disciplinas que considera tan verdaderas y tan suyas como cualquier anécdota de la realidad; que aspira a comprender una realidad que siente ajena; que mira al pasado porque lo entiende como explicación del presente, y que, quizá sin conciencia, seguro que con ambición, escribe para los lectores del futuro». Elena Medel
La poeta Elena Medel plantea en esta antología una doble meta: la del reencuentro para aquellos lectores que ya han descubierto los versos del escritor barcelonés y, de manera esencial, la de la revelación para quienes desconozcan su obra.
«Obviemos el prejuicio ante Juan Eduardo Cirlot como poeta maldito y difícil, y acerquémonos con reservas al prejuicio ante Cirlot como excepción en su tiempo. Esforcémonos por comprender su escritura desde el tiempo en el que se escribe: un país en dictadura, cerrado no ya a lo que ocurre en ese momento en un mismo continente o en una misma lengua, sino a lo que ocurrió en ese mismo espacio y en ese mismo idioma durante los años anteriores a la guerra. Esforcémonos por comprender a un poeta que recurre como fuente de sugestión a una experiencia alejada de la intimidad, y vinculada a la literatura y al arte y a la música y al cine, disciplinas que considera tan verdaderas y tan suyas como cualquier anécdota de la realidad; que aspira a comprender una realidad que siente ajena; que mira al pasado porque lo entiende como explicación del presente, y que, quizá sin conciencia, seguro que con ambición, escribe para los lectores del futuro». Elena Medel