El Peregrino y la frontera hacia Ella, es una gran metáfora, un cuento duro, difícil, lleno de sentimientos, como la propia vida. Escrito en una especie de prosa poética su función es similar a la de un laberinto. Nos hará perdernos, perder la esperanza, perder las ganas de seguir leyendo, pero al igual que en la vida continuaremos sin saber muy bien por qué. Después descubrimos que el protagonista, ese ser caído que perdió sus alas, somos nosotros mismos, y que como en su caso hay un propósito y una misión en todo ello. La misión es justamente volver a nuestro origen. Ella es Él y Él es Ella.
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