Comentario de la autora:
EL PERRO DE PORCELANA es un can, que haciendo honor a la fidelidad inherente a los de su especie, viaja en el tiempo, saltando por encima de dos siglos, para salvar a su dueña de un peligro en el que le va la vida, mas no puede hacerlo sólo, necesita ayuda ¿de quién?
Las aventuras se suceden, a la intriga la acompañan los desplazamientos espacio temporales, lo que la convierte en una novela de ciencia-ficción que se desarrolla en dos épocas diferentes contra toda lógica, haciendo que el destino de sus personajes se desarrolle al dictado de la fantasía más delirante sin que ello la convierta en absurda sino en sorprendente y excitante con un final de impacto por completo inesperado.
Cuando el lector concluye su lectura no puede dejar de sentir envidia por las peripecias en que han intervenido sus personajes al vivir tamañas fantásticas aventuras… aunque él también lo haya hecho leyendo EL PERRO DE PORCELANA.
ADVERTENCIA: Como sé que existe la costumbre de saltarse las introducciones y los prefacios, y puesto que imagino que en este caso lo haréis, aconsejo a los lectores, una vez concluida EL PERRO DE PORCELANA, que se tomen la molestia de leerlos, porque aún les queda algo por descubrir.
EL PERRO DE PORCELANA es un can, que haciendo honor a la fidelidad inherente a los de su especie, viaja en el tiempo, saltando por encima de dos siglos, para salvar a su dueña de un peligro en el que le va la vida, mas no puede hacerlo sólo, necesita ayuda ¿de quién?
Las aventuras se suceden, a la intriga la acompañan los desplazamientos espacio temporales, lo que la convierte en una novela de ciencia-ficción que se desarrolla en dos épocas diferentes contra toda lógica, haciendo que el destino de sus personajes se desarrolle al dictado de la fantasía más delirante sin que ello la convierta en absurda sino en sorprendente y excitante con un final de impacto por completo inesperado.
Cuando el lector concluye su lectura no puede dejar de sentir envidia por las peripecias en que han intervenido sus personajes al vivir tamañas fantásticas aventuras… aunque él también lo haya hecho leyendo EL PERRO DE PORCELANA.
ADVERTENCIA: Como sé que existe la costumbre de saltarse las introducciones y los prefacios, y puesto que imagino que en este caso lo haréis, aconsejo a los lectores, una vez concluida EL PERRO DE PORCELANA, que se tomen la molestia de leerlos, porque aún les queda algo por descubrir.