¡Que empiece el juego!
Antes de que la señal luminosa del cinturón de seguridad se hubiera apagado, había surgido una química intensa entre Alexio Christakos, un magnate de la aeronáutica, y Sidonie Fitzgerald. Acostumbrado a tener breves aventuras con mujeres superficiales, Alexio se quedó cautivado por su inocencia y decidió disfrutar de una noche de placer entre sus brazos.
Sidonie estaba decidida a solucionar su vida, y no a comenzar una aventura con un magnate griego. Sin embargo, Alexio se convirtió en su máxima distracción… Hasta que él se enteró de sus dificultades económicas y la acusó de desear algo más que solo su cuerpo. No obstante, la inocencia de Sidonie enmascaraba un temple de acero y ella se enfrentó a su acusación con coraje…