El protagonista de la historia es la estatua dorada de un príncipe llena de valiosos adornos, que se encuentra en lo alto de una columna desde donde puede ver toda la ciudad; y una golondrina, que ha retrasado su migración a Egipto por haberse enamorado de un junco. La golondrina se posa sobre la estatua y ve que el príncipe está llorando a causa de las injusticias que puede observar desde su posición, pues cuando vivía siempre le hicieron creer que todo el mundo era feliz y le habían ocultado que también había gente que tenía problemas, y ahora desde allí arriba podía ver la triste realidad, realidad que es confirmada por la golondrina de la cual se hace gran amigo de ella día a día, pues le ayudara en su misión de ir ayudar a los más necesitados. Entonces le pide a la golondrina que arranque y entregue a los más necesitados las joyas que le adornan. El ave así lo empieza a hacer y al final se queda con el príncipe ayudándolo en su misión de ayudar a los más desfavorecidos, distribuyendo las joyas hasta que al final la estatua queda completamente desprovista del oro y adornos. Pero el invierno recrudece y la golondrina, a causa del frío, muere besando al príncipe en los labios. Al ver esto, el corazón de la estatua se rompe. Al poco tiempo, el alcalde de la ciudad observó el estado deteriorado de la estatua, y da orden de que sea retirada y fundida. Sin embargo, el corazón del príncipe no se funde en el horno, y lo arrojan al basural, donde descansa también el cadáver de la golondrina. Estos son tomados al cielo por un ángel que les ha considerado las dos cosas más preciosas de la ciudad por Dios, para que puedan vivir para siempre en su ciudad de oro y el jardín del paraíso.
Este sitio es seguro
Usted está en un sitio seguro, habilitado para SSL. Todas nuestras fuentes son constantemente verificadas.