"Muy pronto empezaron a llegar, en cascada, los gratos recuerdos de las
dos semanas que compartí con el creador de Maqroll El Gaviero en su casa
de la calle Hidalgo en Ciudad de México, cerca del fin de siglo. Las dos
semanas en las que sostuvimos la larga conversación que dio pie a este
libro que es una suma de recuerdos, más que una biografía. La
conversación en la que Mutis dio la clave del origen de su obra
literaria: los paseos de la infancia por el puerto de Amberes, los
viajes en los transatlánticos enormes que lo traían desde Europa hasta
el puerto de Buenaventura, el paisaje de los cafetales que contemplaba
sin prisa desde la terraza de una finca en Coello, los aguaceros que
retumbaban sobre los techos de zinc, las escapadas a jugar billar
mientras sus compañeros de colegio cofesaban sus pecados, el recuerdo
del primer ventilador, las deprimentes faenas de reconocimientos de
cadáveres de accidentes aéreos..." Fernando Quiroz
dos semanas que compartí con el creador de Maqroll El Gaviero en su casa
de la calle Hidalgo en Ciudad de México, cerca del fin de siglo. Las dos
semanas en las que sostuvimos la larga conversación que dio pie a este
libro que es una suma de recuerdos, más que una biografía. La
conversación en la que Mutis dio la clave del origen de su obra
literaria: los paseos de la infancia por el puerto de Amberes, los
viajes en los transatlánticos enormes que lo traían desde Europa hasta
el puerto de Buenaventura, el paisaje de los cafetales que contemplaba
sin prisa desde la terraza de una finca en Coello, los aguaceros que
retumbaban sobre los techos de zinc, las escapadas a jugar billar
mientras sus compañeros de colegio cofesaban sus pecados, el recuerdo
del primer ventilador, las deprimentes faenas de reconocimientos de
cadáveres de accidentes aéreos..." Fernando Quiroz