Conoce las claves para poder dejar a un lado el exceso de autocrítica y conseguir encontrar el equilibrio que en muchas ocasiones rompemos nosotros mismos.
Vivimos toda nuestra vida rodeados de espejos, en nuestras casas, en la calle, en el trabajo. No solo de los hechos de azogue, sino también de los espejos virtuales: las pantallas de cine y televisión son grandes espejos que proyectan sin cesar modelos de belleza, de lujo y perfección inalcanzables a los que admiramos y con los que inevitablemente nos comparamos. Tienen algo de mágicos y de sabios, de bondadosos y de perversos, de ahí que deban ser usados con precaución, sobre todo por las personas más sensibles a los hechizos de la belleza o a las aflicciones de la fealdad.
Todos nos hemos mirado alguna vez al espejo con disgusto, y son muchas las personas que tienen problemas a consecuencia de la distorsión de su propio reflejo: anorexia, bulimia, lujorexia, dismorfia... El psiquiatra Jesús J. de la Gándara nos enseña a hacer un uso saludable de los espejos y a potenciar las actitudes y aptitudes positivas que todos poseemos.