El mundo gira en torno a un eje desconocido. Por minúsculo que sea cualquier punto de nuestro planeta, puede convertirse en el centro de un universo que focalice milagrosamente toda la energía en su reducido espacio.
Undués de Lerda es un pequeño y encantador pueblo del prepirineo aragonés. Hace varios siglos, un santo soñó que se convertiría en un enclave singular. El azar terminó por sentenciar su destino.
Los personajes de esta original propuesta narrativa de Juan Herranz tratarán de racionalizar, discernir de alguna forma el futuro ya escrito para la humanidad partiendo de ese escenario único. Desde estas páginas, el pueblo de Undués de Lerda trazará los caminos que conduzcan a ciudades como Logroño, Madrid, Múnich o Roma. Su realidad se acabará extendiendo más allá de estos y otros muchos lugares.
Tal y como sucede en Undués, el origen y el fin de las cosas importantes parten de detalles que se escapan al conocimiento. Una vez más, la duda se planteará sobre si el ser humano puede intervenir en esos planes ignotos alterando así el curso de la historia o, por el contrario, si solo puede contemplar lo que ocurre, como quien ve crecer la hierba...
Undués de Lerda es un pequeño y encantador pueblo del prepirineo aragonés. Hace varios siglos, un santo soñó que se convertiría en un enclave singular. El azar terminó por sentenciar su destino.
Los personajes de esta original propuesta narrativa de Juan Herranz tratarán de racionalizar, discernir de alguna forma el futuro ya escrito para la humanidad partiendo de ese escenario único. Desde estas páginas, el pueblo de Undués de Lerda trazará los caminos que conduzcan a ciudades como Logroño, Madrid, Múnich o Roma. Su realidad se acabará extendiendo más allá de estos y otros muchos lugares.
Tal y como sucede en Undués, el origen y el fin de las cosas importantes parten de detalles que se escapan al conocimiento. Una vez más, la duda se planteará sobre si el ser humano puede intervenir en esos planes ignotos alterando así el curso de la historia o, por el contrario, si solo puede contemplar lo que ocurre, como quien ve crecer la hierba...