Los estadounidenses viven y mueren de acuerdo con la ética del trabajo y los dictados de la eficiencia. Los europeos valoran más el tiempo libre e incluso la ociosidad. América siempre se ha visto a sí misma como un gran crisol de culturas. Los europeos, en cambio, prefieren preservar su rica diversidad cultural. Los norteamericanos creen en el mantenimiento de una presencia militar continuada en todo el mundo. Los europeos, por el contrario, ponen el acento en la cooperación y el consenso frente a los planteamientos unilateralistas de la política exterior.
Jeremy Rifkin aprovecha más de veinte años de experiencia personal de trabajo en Europa, donde ha sido asesor de jefes de Estado y partidos políticos, así como consultor de las principales empresas europeas y colaborador en campañas ecológicas y de justicia social, para sumergirse en la historia de Europa, desde la Edad Media hasta la posmodernidad, y captar el alma de la nueva mentalidad europea.
Hace doscientos años, los fundadores de América crearon un nuevo sueño para la humanidad que transformó el mundo. Hoy, sugiere Rifkin, una nueva generación de europeos está creando un sueño radicalmente nuevo, más apto para dar respuesta a los retos del universo globalizado del siglo XXI.
Jeremy Rifkin aprovecha más de veinte años de experiencia personal de trabajo en Europa, donde ha sido asesor de jefes de Estado y partidos políticos, así como consultor de las principales empresas europeas y colaborador en campañas ecológicas y de justicia social, para sumergirse en la historia de Europa, desde la Edad Media hasta la posmodernidad, y captar el alma de la nueva mentalidad europea.
Hace doscientos años, los fundadores de América crearon un nuevo sueño para la humanidad que transformó el mundo. Hoy, sugiere Rifkin, una nueva generación de europeos está creando un sueño radicalmente nuevo, más apto para dar respuesta a los retos del universo globalizado del siglo XXI.