Durante los últimos tiempos se han acumulado las voces señalando que el Régimen nacido de la Transición atraviesa una crisis de la que no podría sobrevivir.
Sin embargo, los análisis sobre ese régimen adolecen de una debilidad fundamental, la de no entrar en un estudio en profundidad de lo que significó el pacto de la Transición y a quién benefició realmente. Porque la Transición no fue, como señala el mito, la marcha colectiva del pueblo español hacia la libertad, sino un gran acuerdo suscrito entre las castas privilegiadas de antaño con las que aspiraban a serlo en el futuro a fin de que todo cambiara para todo siguiera igual. Ese acuerdo ha tenido paralelos no escasos en la Historia contemporánea de España, aunque rara vez con tanto éxito. Sólo analizando las claves reales de la Transición es posible entender lo que ha sucedido en España en las últimas décadas y si existe alguna solución para un futuro que se perfila incierto e inseguro.
Sin embargo, los análisis sobre ese régimen adolecen de una debilidad fundamental, la de no entrar en un estudio en profundidad de lo que significó el pacto de la Transición y a quién benefició realmente. Porque la Transición no fue, como señala el mito, la marcha colectiva del pueblo español hacia la libertad, sino un gran acuerdo suscrito entre las castas privilegiadas de antaño con las que aspiraban a serlo en el futuro a fin de que todo cambiara para todo siguiera igual. Ese acuerdo ha tenido paralelos no escasos en la Historia contemporánea de España, aunque rara vez con tanto éxito. Sólo analizando las claves reales de la Transición es posible entender lo que ha sucedido en España en las últimas décadas y si existe alguna solución para un futuro que se perfila incierto e inseguro.