De Buenos Aires a Santa Marta: cómo Bergoglio está cambiando la Iglesia y conquistando a los fieles en todo el mundo.
El papa Francisco es un hombre del Nuevo Mundo. Pero la novedad de este papa revolucionario no es solamente el hecho de ser argentino, jesuita y "global". El elemento inquietante es que se trata de un auténtico "extranjero" para la mentalidad de la Curia romana, elegido luego de la traumática renuncia de Benedicto XVI. La tarea asignada es desmantelar la corte papal y la nomenclatura eclesiástica. Su viaje desde Buenos Aires hasta la casa Santa Marta marca una época de cambios de mentalidad.
El Vaticano según Francisco delinea los contornos de un desafío abierto y difícil. Para analizar los orígenes y sus posibles destinos, Massimo Franco viajó a la Argentina y se reunió con los hombres más cercanos a Jorge Mario Bergoglio. Y revela no solo cómo ocurrió la exportación de una versión radicalmente nueva del catolicismo en el corazón de la Roma papal, sino cómo el modelo sudamericano -hasta ayer en la "periferia"- pasó de ser excéntrico a volverse central. Y este es también un cambio geopolítico. De tierra de misiones, América Latina se convirtió en un continente misionero, llamado a hacer resurgir la religiosidad en una Europa secularizada y en la capital de un papado en riesgo de default ético.
Gracias al papa argentino, garante de la "fiscalización" de los bienes del Vaticano, la Iglesia se ha trasformado en pocos meses de "imputado global", por los escándalos de pedofilia y las oscuras vicisitudes de sus instituciones financieras, en autoridad moral de nuevo escuchada e influyente.
El papa Francisco es un hombre del Nuevo Mundo. Pero la novedad de este papa revolucionario no es solamente el hecho de ser argentino, jesuita y "global". El elemento inquietante es que se trata de un auténtico "extranjero" para la mentalidad de la Curia romana, elegido luego de la traumática renuncia de Benedicto XVI. La tarea asignada es desmantelar la corte papal y la nomenclatura eclesiástica. Su viaje desde Buenos Aires hasta la casa Santa Marta marca una época de cambios de mentalidad.
El Vaticano según Francisco delinea los contornos de un desafío abierto y difícil. Para analizar los orígenes y sus posibles destinos, Massimo Franco viajó a la Argentina y se reunió con los hombres más cercanos a Jorge Mario Bergoglio. Y revela no solo cómo ocurrió la exportación de una versión radicalmente nueva del catolicismo en el corazón de la Roma papal, sino cómo el modelo sudamericano -hasta ayer en la "periferia"- pasó de ser excéntrico a volverse central. Y este es también un cambio geopolítico. De tierra de misiones, América Latina se convirtió en un continente misionero, llamado a hacer resurgir la religiosidad en una Europa secularizada y en la capital de un papado en riesgo de default ético.
Gracias al papa argentino, garante de la "fiscalización" de los bienes del Vaticano, la Iglesia se ha trasformado en pocos meses de "imputado global", por los escándalos de pedofilia y las oscuras vicisitudes de sus instituciones financieras, en autoridad moral de nuevo escuchada e influyente.