La importancia del cinc estriba en la protección que da al acero como recubrimiento que se puede aplicar, o como cinc fundido (galvanizado), o por electrólisis (hierro o acero electrogalvanizado). En forma de moldeo a presión se consume gran cantidad de cinc en la industria del automóvil. El tercer mercado del cinc es como elemento de aleación para cobre, aluminio, etc.
La principal mena de cinc contiene blenda, ZnS, con una ganga silíceo-calcárea y, asimismo, se presentan con frecuencia en ella la galena, el sulfuro de cadmio y pequeñas cantidades de pirita de hierro. También se explota la calamina, ZnCO3, que, por calcinación, se transforma en óxido. En Nueva Jersey se han encontrado grandes depósitos de willemita, ZnSiO3, y de franklinita, ZnO.
La geoquímica del cinc está íntimamente relacionada con la del plomo. En las aguas termales profundas, el cinc probablemente se encuentra en forma de sulfuro, debido al ácido sulfhídrico que aquéllas contienen a presión. A medida que ascienden las aguas, van quedando en libertad los diversos sulfuros metálicos: primeramente se separan el cobre y el hierro, en forma de sulfuro doble muy poco soluble (calcopirita) y después el plomo y el cinc. La separación de la blenda de cinc y de la galena, PbS, está favorecida por el contacto con forma-ciones básicas, tal como la piedra caliza, que reducen mucho la acidez de las aguas.
Por acción de los agentes atmosféricos sobre los sulfuros primarios de plomo-cinc se forman carbonatos y sulfatos, y si éstos se encuentran en el terreno con corrientes de agua, es posible que se disuelvan y se redepositen en otros lugares, por lo que es difícil decidir si los minerales de plomo-cinc que se encuentran en la piedra caliza son de origen primario o secundario.
El cinc se extrae de sus menas, por dos métodos completamente distintos pirometalurgia y vía húmeda, pues este metal tiene un punto de ebullición lo suficientemente bajo para que se pueda separar por destilación y, a la vez, es lo bastante inactivo, químicamente, para poder depositarse electrolíticamente de sus soluciones acuosas. Ahora bien, es lo bastante activo para que en cualquiera de los dos métodos se deban tomar ciertas precauciones para regular cuidadosamente las condiciones de trabajo.
La blenda de cinc y las menas oxidadas ricas sólo se tratan por pirometalugia. La blenda se ha de tostar, previamente, para transformarla en óxido antes de la reducción. Para las menas oxidadas pobres se emplea la lixiviación, asociada, principalmente, con la obtención electrolítica del metal.
La principal mena de cinc contiene blenda, ZnS, con una ganga silíceo-calcárea y, asimismo, se presentan con frecuencia en ella la galena, el sulfuro de cadmio y pequeñas cantidades de pirita de hierro. También se explota la calamina, ZnCO3, que, por calcinación, se transforma en óxido. En Nueva Jersey se han encontrado grandes depósitos de willemita, ZnSiO3, y de franklinita, ZnO.
La geoquímica del cinc está íntimamente relacionada con la del plomo. En las aguas termales profundas, el cinc probablemente se encuentra en forma de sulfuro, debido al ácido sulfhídrico que aquéllas contienen a presión. A medida que ascienden las aguas, van quedando en libertad los diversos sulfuros metálicos: primeramente se separan el cobre y el hierro, en forma de sulfuro doble muy poco soluble (calcopirita) y después el plomo y el cinc. La separación de la blenda de cinc y de la galena, PbS, está favorecida por el contacto con forma-ciones básicas, tal como la piedra caliza, que reducen mucho la acidez de las aguas.
Por acción de los agentes atmosféricos sobre los sulfuros primarios de plomo-cinc se forman carbonatos y sulfatos, y si éstos se encuentran en el terreno con corrientes de agua, es posible que se disuelvan y se redepositen en otros lugares, por lo que es difícil decidir si los minerales de plomo-cinc que se encuentran en la piedra caliza son de origen primario o secundario.
El cinc se extrae de sus menas, por dos métodos completamente distintos pirometalurgia y vía húmeda, pues este metal tiene un punto de ebullición lo suficientemente bajo para que se pueda separar por destilación y, a la vez, es lo bastante inactivo, químicamente, para poder depositarse electrolíticamente de sus soluciones acuosas. Ahora bien, es lo bastante activo para que en cualquiera de los dos métodos se deban tomar ciertas precauciones para regular cuidadosamente las condiciones de trabajo.
La blenda de cinc y las menas oxidadas ricas sólo se tratan por pirometalugia. La blenda se ha de tostar, previamente, para transformarla en óxido antes de la reducción. Para las menas oxidadas pobres se emplea la lixiviación, asociada, principalmente, con la obtención electrolítica del metal.