Año 1459. La ciudad transilvana de Brasov cae ante el ataque del ejército de Vlad Draculea, conocido también como Vlad Tepes, el temido empalador, el hombre que siglos después dará paso a una de las leyendas más conocidas del mundo moderno. Haciendo honor a su nombre, el voivoda de Valaquia somete a la muerte por empalamiento a todos los habitantes de la ciudad como castigo a la oposición que ésta había osado mostrar al poder absoluto que Draculea pretendía imponer en toda la región de los Balcanes.
Maestros en el arte del empalamiento, los soldados de Draculea tendrán cuidado de no dañar ningún órgano vital durante la ejecución de sus víctimas para impedir de este modo que mueran de un modo rápido y piadoso. En lugar de ello, durante tres días los hombres y mujeres así ajusticiados irán languideciendo lentamente y bajo un terrible sufrimiento, un tiempo durante el cuál irán recordando sus vidas y muy especialmente los acontecimientos que les han llevado a tan fatídico momento.
Entre las víctimas se encuentra Mircea, un hombre de cuya vida iremos descubriendo retazos que nos conformarán una existencia especialmente influida por la figura de Vlad Draculea, quien habrá ido marcando su destino de una manera u otra a lo largo de los años hasta terminar acabando con su vida. Mircea habrá de afrontar y vencer durante su particular calvario las sensaciones de rencor, fracaso y remordimiento para poder así morir en paz.
Mezclando datos históricos con hechos ficticios, la novela irá mostrando, con un estilo ágil y ameno y a través de la vida de los personajes, una época y una zona de Europa especialmente convulsas, en las que podrá contemplarse la lucha de los imperios cristianos y otomanos por extender las fronteras de sus reinos. Entre medias quedarán los habitantes de Valaquia, unas personas que intentaron vivir en paz en un mundo que sólo conocía la violencia.
Maestros en el arte del empalamiento, los soldados de Draculea tendrán cuidado de no dañar ningún órgano vital durante la ejecución de sus víctimas para impedir de este modo que mueran de un modo rápido y piadoso. En lugar de ello, durante tres días los hombres y mujeres así ajusticiados irán languideciendo lentamente y bajo un terrible sufrimiento, un tiempo durante el cuál irán recordando sus vidas y muy especialmente los acontecimientos que les han llevado a tan fatídico momento.
Entre las víctimas se encuentra Mircea, un hombre de cuya vida iremos descubriendo retazos que nos conformarán una existencia especialmente influida por la figura de Vlad Draculea, quien habrá ido marcando su destino de una manera u otra a lo largo de los años hasta terminar acabando con su vida. Mircea habrá de afrontar y vencer durante su particular calvario las sensaciones de rencor, fracaso y remordimiento para poder así morir en paz.
Mezclando datos históricos con hechos ficticios, la novela irá mostrando, con un estilo ágil y ameno y a través de la vida de los personajes, una época y una zona de Europa especialmente convulsas, en las que podrá contemplarse la lucha de los imperios cristianos y otomanos por extender las fronteras de sus reinos. Entre medias quedarán los habitantes de Valaquia, unas personas que intentaron vivir en paz en un mundo que sólo conocía la violencia.