Es este un manual que busca subsanar la deficiencia curricular en la enseñanza de la psiquiatría en la carrera de medicina. Además de servir a los familiares, amigos y a los propios pacientes, para que con el lenguaje más cotidiano posible se desmitifique el enfermar del cerebro con repercusiones a la conductuales.
El psiquiatra y el tipo de enfermedades que trata, se han investido de un estigma. Este se sustenta en que las personas con enfermedades llamadas mentales, tuvieron una elección, o que la enfermedad la pueden controlar a voluntad. Las personas suelen decir a sus enfermos mentales: "Es cuestión de echarle ganas ¡Echale ganas y en verdad vas a salir!"
¿Se podría decirle a un diabético, un sujeto con hipertensión arterial, a un enfermo con asma lo mismo? "¡Echale ganas y veras como el páncreas produce insulina; o como los bronquios se abren y dejan de estar inflamados"
El problema del dualismo cartesiano, en donde la mente es suceptible de modificar al cuerpo, no es más que un pensamiento mágico. Las enfermedades psiquiatricas son alteraciones del cuerpo, del cerebro la mayoría de las ocasiones. Este libro va en esa dirección, entender, ayudar, consolar, y en el peor de los casos no estorbar.
El psiquiatra y el tipo de enfermedades que trata, se han investido de un estigma. Este se sustenta en que las personas con enfermedades llamadas mentales, tuvieron una elección, o que la enfermedad la pueden controlar a voluntad. Las personas suelen decir a sus enfermos mentales: "Es cuestión de echarle ganas ¡Echale ganas y en verdad vas a salir!"
¿Se podría decirle a un diabético, un sujeto con hipertensión arterial, a un enfermo con asma lo mismo? "¡Echale ganas y veras como el páncreas produce insulina; o como los bronquios se abren y dejan de estar inflamados"
El problema del dualismo cartesiano, en donde la mente es suceptible de modificar al cuerpo, no es más que un pensamiento mágico. Las enfermedades psiquiatricas son alteraciones del cuerpo, del cerebro la mayoría de las ocasiones. Este libro va en esa dirección, entender, ayudar, consolar, y en el peor de los casos no estorbar.