En el país del silencio se trazan versos como pinceladas impresionistas que dibujan imágenes unos junto a las otros; poderosas imágenes que asaltan al lector como certezas mudas de metáforas repletas de sentido. En el país del silencio se habla con el ambivalente lenguaje de la poesía sobre el sexo, las emociones, los contrasentidos de la cultura y la civilización y sobre la inasibilidad del tiempo. En el país del silencio es donde se escucha lo que no se puede decir.
Mi reflejo se hunde entre charcos
de sangre antigua y cautiva
que evito al saltar de conferencia en conferencia.
Mi reflejo se hunde entre charcos
de sangre antigua y cautiva
que evito al saltar de conferencia en conferencia.