El “pacatás-pacatás” de los cascos imaginarios de un mundo oscuro, de fantasmas y trashumantes de las leyendas parece una metáfora del país sin rumbo, que no acaba de ensillar su destino. Es una lectura precoz de la historia de Puerto Rico, la forma loiceña y canovanense de leerla, para mí la más real.
Estamos ante una verdadera obra literaria, cargada de una suerte de realismo místico. No es una descripción de ombligos y pantuflas, a lo que ahora se quiere reducir el arte de escribir. Es la verdad que nos trae la mariposa oscura de la que Eva Luz tomó prestadas sus alas para hacer volar su imaginación. Desde el cañaveral, esos “miles de soldados en fila moviendo sus espadas amarillas al aire” hasta el tiempo de aquel español preñador de negras que fue “un pico de cuervo en cualquier capullo de rosa”, Eva Luz nos construye una poética artillada, combativa, de denuncia feroz. ángel m. agosto, Prólogo.
Estamos ante una verdadera obra literaria, cargada de una suerte de realismo místico. No es una descripción de ombligos y pantuflas, a lo que ahora se quiere reducir el arte de escribir. Es la verdad que nos trae la mariposa oscura de la que Eva Luz tomó prestadas sus alas para hacer volar su imaginación. Desde el cañaveral, esos “miles de soldados en fila moviendo sus espadas amarillas al aire” hasta el tiempo de aquel español preñador de negras que fue “un pico de cuervo en cualquier capullo de rosa”, Eva Luz nos construye una poética artillada, combativa, de denuncia feroz. ángel m. agosto, Prólogo.