La primera edición de este libro, publicada en el año 2000, recibió el premio internacional Agustín Millares Carlo de investigación en Humanidades.
En estos ensayos Castilla se muestra alternativamente como ideal o como frustración, mito godo desde el siglo XIII que converge en el siglo XV con el mito judío del pueblo elegido en torno a la ideología del nacional catolicismo, vertebradora de un imperio europeo y americano que actúa en su nombre, al tiempo que la anula -el mal llamado imperio español- y se deshace con él, quedando geográficamente como un difuso territorio configurado de manera diferente en los mapas desde el siglo XVII, cuando Portugal se separa, la casa de Austria reinante se extingue y Francia impone su dinastía.
La peculiaridad de Castilla estaría en que su constitución y desarrollo como reino lleva aparejada la absorción o integración de otros reinos o territorios en su nombre, por derecho de sucesión de sus reyes o por conquista, al tiempo que se apropia de la lengua común más extendida en ellos, no exclusivamente suya, al fijarla por escrito en los textos del siglo XIII, de manera que ni el reino ni la lengua se corresponden con un territorio y un pueblo propiamente castellano. Por eso, lo que hace de Castilla un tema literario fantástico es la falta de límites precisos a diversos niveles, una oscilación o vacilación más sostenida en el tiempo entre lo real o físico y lo imaginario o cultural, entre lo histórico y lo poético, no sólo en la mitología de sus orígenes, sino en su desarrollo posterior, en su agotamiento y en los intentos de recuperación durante los dos últimos siglos.
Esta tercera edición añade dos nuevos ensayos, al tiempo que revisa y corrige la segunda, publicada en 2009.
En estos ensayos Castilla se muestra alternativamente como ideal o como frustración, mito godo desde el siglo XIII que converge en el siglo XV con el mito judío del pueblo elegido en torno a la ideología del nacional catolicismo, vertebradora de un imperio europeo y americano que actúa en su nombre, al tiempo que la anula -el mal llamado imperio español- y se deshace con él, quedando geográficamente como un difuso territorio configurado de manera diferente en los mapas desde el siglo XVII, cuando Portugal se separa, la casa de Austria reinante se extingue y Francia impone su dinastía.
La peculiaridad de Castilla estaría en que su constitución y desarrollo como reino lleva aparejada la absorción o integración de otros reinos o territorios en su nombre, por derecho de sucesión de sus reyes o por conquista, al tiempo que se apropia de la lengua común más extendida en ellos, no exclusivamente suya, al fijarla por escrito en los textos del siglo XIII, de manera que ni el reino ni la lengua se corresponden con un territorio y un pueblo propiamente castellano. Por eso, lo que hace de Castilla un tema literario fantástico es la falta de límites precisos a diversos niveles, una oscilación o vacilación más sostenida en el tiempo entre lo real o físico y lo imaginario o cultural, entre lo histórico y lo poético, no sólo en la mitología de sus orígenes, sino en su desarrollo posterior, en su agotamiento y en los intentos de recuperación durante los dos últimos siglos.
Esta tercera edición añade dos nuevos ensayos, al tiempo que revisa y corrige la segunda, publicada en 2009.