"El albañil cayó del andamio mal asegurado y además de romperse una pierna se incrustó, en la muñeca, un afilado badilejo que le esperaba tirado en el suelo para completar su desgracia. Quiso pararse, no pudo, perdió la conciencia y comenzó a desangrarse. Entonces, entre el susto y la sorpresa que paralizó por unos segundos a sus compañeros de obra, alguien gritó desde arriba.
– ¡Llamen a la policía! ¡Llamen al ciento diez!"
Como en este extracto, la antologia de cuentos cortos, Ensueños tropicales, reconstruye vivamente el escenario de los dramas ordinarios de los latinoamericanos; de hombres y mujeres que parecen no abatirse ante sus tragedias.
– ¡Llamen a la policía! ¡Llamen al ciento diez!"
Como en este extracto, la antologia de cuentos cortos, Ensueños tropicales, reconstruye vivamente el escenario de los dramas ordinarios de los latinoamericanos; de hombres y mujeres que parecen no abatirse ante sus tragedias.