Colombia cambió cinco veces de nombre en cien años e invirtió más de siglo y medio para inventarse un mito fundacional que ha perdido eficacia. Es difícil creer en la Independencia como realización o promesa del cese de la horrible noche y la aurora de la libertad. El presente aparece más bien como la masa activa de la bancarrota de sus pasados futuros, comenzando por la Independencia. Con esto se ha impuesto la necesidad de otras agendas investigativas moviéndose entre las disciplinas. ¿Cuáles son, por ejemplo, los íconos, los lugares de memoria, los cánones de historia y literatura con cuya ayuda los habitantes de Colombia realizaron, a lo largo de dos siglos, ese acto de fe: autoidentificarse como colombianos? La Colección 2010 que se inicia con este volumen presenta los resultados del escrutinio de la memoria cultural y los procesos de construcción de nación en Colombia.
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