Aunque mi propósito os parezca un poco desmesurado, os hablo del sexo exterior, ese que nos reviste en cada segundo, antojadizo, volátil, pero que nunca sucumbe a los deseos más primitivos de los seres humanos.
Erotismo con olor a manzanita nueva, diáfano, respirable, y a veces misterioso.
Erotismo andaluz con mantilla bordada y desnudo al trasluz de una ventana cubierta de flores, de aroma enrejada y en mis sinécdoques yo me entiendo y me leo y bromeo a mi perro, él me deja su pata y nos vamos volando a lo alto del mundo donde nadie puede ver lo que ocurre allá abajo entre seres que duermen y otros sueñan despiertos con tanguitas de seda.
Yo prefiero fundirme en mi constelación y compartir etérea lo atrayente del alma con quién yo quiera y me pueda ofrecer algo nuevo y hermoso dentro de la galaxia de mi reafirmación.
Erotismo con olor a manzanita nueva, diáfano, respirable, y a veces misterioso.
Erotismo andaluz con mantilla bordada y desnudo al trasluz de una ventana cubierta de flores, de aroma enrejada y en mis sinécdoques yo me entiendo y me leo y bromeo a mi perro, él me deja su pata y nos vamos volando a lo alto del mundo donde nadie puede ver lo que ocurre allá abajo entre seres que duermen y otros sueñan despiertos con tanguitas de seda.
Yo prefiero fundirme en mi constelación y compartir etérea lo atrayente del alma con quién yo quiera y me pueda ofrecer algo nuevo y hermoso dentro de la galaxia de mi reafirmación.