Lucía regresa a Las Fuentes, a la antigua casita de sus abuelos, buscando refugio para su corazón roto.
Mateo se ha convertido en una suerte de ermitaño que vive en el campo, lejos del ruido de la ciudad, de los recuerdos de un pasado lleno de dolor y de las personas que le recuerdan ese pasado.
El bronco encuentro inicial deja claro que ninguno está abierto a una relación. Sin embargo, sus diferencias darán paso a una amistad entre vecinos para terminar convirtiéndose en algo más. Pero, ¿sería suficiente como para sanar las heridas de ambos?
"Este libro es muy bonito, fácil de leer, buenos personajes está bien escrito y entretiene bastante lo recomiendo. "
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