Todo el mundo aspira a alcanzar la felicidad verdadera, permanente, pero nadie lo ha conseguido. La felicidad es como un teorema universal, sin resolver, que sólo las religiones y la filosofía, y más recientemente la Psicología y hasta la misma Sociología y Economía, han intentando abordar. Ahora lo hacen las Neurociencias poniendo como referencia a ese cerebro que la produce. Y de eso en parte trata este libro. Y de eso también nacen muchas preguntas.
¿Está el cerebro diseñado para alcanzar la felicidad? ¿Qué podemos aprender nuevo sobre la felicidad desde la perspectiva de nuestros conocimientos actuales sobre cómo funciona el cerebro? ¿Es la felicidad un anhelo humano realizable o es una mala estrategia luchar por alcanzarla? ¿Son los sentimientos fuente única de felicidad o también lo es el conocimiento? ¿Acaso el yo de cada uno, con su engolada dignidad y orgullo no está en el núcleo de toda infelicidad y sufrimiento? ¿Podría un mejor conocimiento del yo, a través de la neurociencia, ayudar a alcanzar un sentido equilibrado de la propia felicidad? ¿Pueden las ideas del budismo sobre el yo, a la luz y análisis de la neurociencia actual, aportar una nueva luz a las gentes infelices del mundo occidental?
Este libro desafía a aquellos que enmarcan la felicidad en la ausencia total del sufrimiento. Aquí se propone, por el contrario, que el sufrimiento es un ingrediente necesario para alcanzar la felicidad verdaderamente humana. Que la felicidad sólo la alcanzan aquellos que se bastan a sí mismos. Que la felicidad es diferente para cada uno, como diferente es la concepción humana del mundo y de sí mismo. Y que para vivir humanamente feliz, primero no hay que escoger el camino de la austeridad y la renuncia, y segundo nunca hay que pretender conseguir felicidad a costa de la felicidad de los demás.
¿Está el cerebro diseñado para alcanzar la felicidad? ¿Qué podemos aprender nuevo sobre la felicidad desde la perspectiva de nuestros conocimientos actuales sobre cómo funciona el cerebro? ¿Es la felicidad un anhelo humano realizable o es una mala estrategia luchar por alcanzarla? ¿Son los sentimientos fuente única de felicidad o también lo es el conocimiento? ¿Acaso el yo de cada uno, con su engolada dignidad y orgullo no está en el núcleo de toda infelicidad y sufrimiento? ¿Podría un mejor conocimiento del yo, a través de la neurociencia, ayudar a alcanzar un sentido equilibrado de la propia felicidad? ¿Pueden las ideas del budismo sobre el yo, a la luz y análisis de la neurociencia actual, aportar una nueva luz a las gentes infelices del mundo occidental?
Este libro desafía a aquellos que enmarcan la felicidad en la ausencia total del sufrimiento. Aquí se propone, por el contrario, que el sufrimiento es un ingrediente necesario para alcanzar la felicidad verdaderamente humana. Que la felicidad sólo la alcanzan aquellos que se bastan a sí mismos. Que la felicidad es diferente para cada uno, como diferente es la concepción humana del mundo y de sí mismo. Y que para vivir humanamente feliz, primero no hay que escoger el camino de la austeridad y la renuncia, y segundo nunca hay que pretender conseguir felicidad a costa de la felicidad de los demás.