En la Barcelona de finales del Siglo XIX se empiezan a substituir los tranvías tirados por caballerías por los que se compraron de segunda mano al Reino Unido. Un adolescente huérfano de madre pierde también a su padre por culpa de estas caballerías, precisamente las últimas que verá la Ciudad Condal. El chico, sin vivienda ni estudios consigue entrar de aprendiz en las cocheras que empiezan a montar los nuevos tranvías a vapor comprados al Reino Unido. Este sería el principio de una auto formación que le conduciría en breve tiempo a ser un genio de la mecánica. Pero la lujuria de la joven esposa de su empleador que le desea y le persigue conseguirán que triunfe fuera de su ciudad natal. Escapa con su novia embarazada y llegan al Pirineo Catalán donde son acogidos por el Párroco hermano del agradecido capataz de la empresa de tranvías. Allí se casan y nace su hijo. Y allí nace su afición por la ingeniería de las armas que le conducirá al sur de Francia para trabajar como diseñador en una de las más famosas fábricas de armas de la época.
Pero su mujer, a la que quería de verdad, no supo estar sola. El buen corazón y la sabiduría del Párroco fue suficiente para que el protagonista no supiera que había sido traicionado. El hijo que tuvo, desde primerísima edad, destacó por su inteligencia y tardo bien poco en comprobarse que realmente era un superdotado. En aquellas épocas pretéritas, aquello podía ser una maldición. Heredó la inteligencia mecánica de su padre y la lujuria de su madre. Siguió la carrera de diseñador del primero llegando a tener grandes éxitos y también siguió la de su madre consiguiendo grandes amores. Cuando vio que podía ganar más dinero comerciando con las armas que fabricándolas empezó a vender armas europeas a los múltiples bando de la guerra civil de México. Allí se hizo de oro y se enamoró mil veces. Sólo hubo dos mujeres que le rechazaron y al final, se casó con las dos. Uno de estos "enlaces" le trajo la peor desgracia que puede caer a una persona en México y se extendió a toda su descendencia: "La maldición de Moctezuma". A lo largo de tres generaciones llegó a extenderse la maldición. Y aún no ha terminado.
Esta es una novela de ficción pero basada en hechos reales. El cabeza de una familia catalana que emigró a México en busca de trabajo, no ya de fortuna, encontró trabajo y también encontró la desgracia. La suya y la de su descendencia. La maldición, o lo que sea, le "cayó" en mil novecientos doce y a finales del siglo XX murió el último componente que quedaba de la familia, bisnieto del emigrante. No hay datos concretos de muchos de ellos que murieron en el extranjero pero si que se sabe que ninguno de ellos llegó a superar los cuarenta años.
Pero su mujer, a la que quería de verdad, no supo estar sola. El buen corazón y la sabiduría del Párroco fue suficiente para que el protagonista no supiera que había sido traicionado. El hijo que tuvo, desde primerísima edad, destacó por su inteligencia y tardo bien poco en comprobarse que realmente era un superdotado. En aquellas épocas pretéritas, aquello podía ser una maldición. Heredó la inteligencia mecánica de su padre y la lujuria de su madre. Siguió la carrera de diseñador del primero llegando a tener grandes éxitos y también siguió la de su madre consiguiendo grandes amores. Cuando vio que podía ganar más dinero comerciando con las armas que fabricándolas empezó a vender armas europeas a los múltiples bando de la guerra civil de México. Allí se hizo de oro y se enamoró mil veces. Sólo hubo dos mujeres que le rechazaron y al final, se casó con las dos. Uno de estos "enlaces" le trajo la peor desgracia que puede caer a una persona en México y se extendió a toda su descendencia: "La maldición de Moctezuma". A lo largo de tres generaciones llegó a extenderse la maldición. Y aún no ha terminado.
Esta es una novela de ficción pero basada en hechos reales. El cabeza de una familia catalana que emigró a México en busca de trabajo, no ya de fortuna, encontró trabajo y también encontró la desgracia. La suya y la de su descendencia. La maldición, o lo que sea, le "cayó" en mil novecientos doce y a finales del siglo XX murió el último componente que quedaba de la familia, bisnieto del emigrante. No hay datos concretos de muchos de ellos que murieron en el extranjero pero si que se sabe que ninguno de ellos llegó a superar los cuarenta años.