En la primera mitad del siglo XX se llevaron a cabo numerosos esfuerzos para la conciliación de judíos y cristiano. Ésta es la historia de esa concordia.
Un libro que explora las raíces cristianas del antisemitismo, guiada por el reconocido historiador Jean Meyer.
Las raíces cristianas del antisemitismo -que tiene en el Holocausto su cima más conocida y más atroz- son profundas. En diversas publicaciones, el historiador Jean Meyer ha explorado esa oscura trayectoria. Ahora, presenta la vertiente positiva del combate: la lucha generosa de católicos y judíos, laicos y eclesiásticos, hombres y mujeres que, entre 1926 y 1965, prepararon la conciliación, que culminaría en la sorpresa del Concilio Vaticano II. La brecha entre judíos y cristianos, con muchos siglos de historia, no era una disputa pasajera. Si bien la Iglesia no consideró nunca al judaísmo como una herejía, se había obsesionado en lograr la conversión de los judíos; por su parte, el pueblo cristiano los señalaba como asesinos de Dios, responsables de la muerte de Cristo.
El historiador francés Jules Isaac es uno de los protagonistas de esta historia: durante casi veinte años, combatió la "pedagogía del desprecio" practicada hacia los judíos y estimuló la labor intelectual de los mejores espíritus del mundo cristiano. Los textos en torno al judaísmo y los judíos fueron los más debatidos y polémicos del Concilio Vaticano II, pero llevaron a la paz entre las dos ramas de la religión bíblica.
Un libro que explora las raíces cristianas del antisemitismo, guiada por el reconocido historiador Jean Meyer.
Las raíces cristianas del antisemitismo -que tiene en el Holocausto su cima más conocida y más atroz- son profundas. En diversas publicaciones, el historiador Jean Meyer ha explorado esa oscura trayectoria. Ahora, presenta la vertiente positiva del combate: la lucha generosa de católicos y judíos, laicos y eclesiásticos, hombres y mujeres que, entre 1926 y 1965, prepararon la conciliación, que culminaría en la sorpresa del Concilio Vaticano II. La brecha entre judíos y cristianos, con muchos siglos de historia, no era una disputa pasajera. Si bien la Iglesia no consideró nunca al judaísmo como una herejía, se había obsesionado en lograr la conversión de los judíos; por su parte, el pueblo cristiano los señalaba como asesinos de Dios, responsables de la muerte de Cristo.
El historiador francés Jules Isaac es uno de los protagonistas de esta historia: durante casi veinte años, combatió la "pedagogía del desprecio" practicada hacia los judíos y estimuló la labor intelectual de los mejores espíritus del mundo cristiano. Los textos en torno al judaísmo y los judíos fueron los más debatidos y polémicos del Concilio Vaticano II, pero llevaron a la paz entre las dos ramas de la religión bíblica.