Tras Nocturna y Oscura, por fin llega Eterna, el desenlace de «Trilogía de la Oscuridad».
No es una coincidencia que el Invierno Nuclear (el oscurecimiento de la Tierra durante las 24 horas del día menos una, cuando hay luz solar) haya creado un ambiente casi perfecto para los vampiros. Ellos han ganado, tienen el control del planeta y los humanos han sido finalmente dominados, encerrados en vastos campos de concentración por el mundo donde, criados como vacas, ovejas o cerdos, son alimentados y «cosechados» para el mantenimiento y placer del Master.
Una red desorganizada de humanos libres, constituida por gente común, entre ellos Eph, Zack, Vassily y Gus, continúa una desesperada resistencia, interrumpiendo el devastador nuevo orden del mundo y batallando contra los Señores Vampiros en todas las ocasiones posibles. Para ganar, tienen que confiar en la intervención de una inesperada raza de seres (quienes otorgan un nuevo sentido a la frase «ángeles y ministros de la gracia defiéndannos») quienes organizan a los humanos para la última batalla, la que recupere y rehabilite el planeta para toda la humanidad.
Se juega con los sobrevivientes como si fueran peones en un juego del Bien y el Mal que tiene sus orígenes en los tiempos Bíblicos, y que requiere del sacrificio final de todos los implicados.
Reseñas:
«Las primeras cien páginas de Oscura eran un ejercicio sostenido de terror que mantenían al lector completamente embelesado y encantado, porque Del Toro y Hogan escriben con una autenticidad tan fresca tanto sobre lo fantástico (vampiros) como sobre lo completamente real (Nueva York, con todos sus extraños recovecos). Lo que comenzó en Oscura llega a su sublime y satisfactoria conclusión en Eterna... Los héroes de dimensiones trágicas no son habituales en la ficción popular, pero Goodweather reúne todos los requisitos. El diablo está en los detalles, y esta es una lectura endiabladamente buena cuajada de sustos muy logrados.»
Stephen King
«El más creíble y aterrador de todos los libros de vampiros de la última década.»
San Francisco Chronicle