EXOPOLÍTICA es la evolución del trabajo pionero de Alfred Lambremont Webre como un futurista en el Instituto de Investigación de Stanford, donde en 1977 dirigió un proyecto de estudio de la comunicación extraterrestre propuesto por la Casa Blanca de Carter. Exopolítica puede girar el punto de vista dominante de nuestro universo al revés. Revela que vivimos en un planeta aislado en medio de una sociedad del Universo que es interplanetaria, intergaláctica y multidimensional y altamente organizada y poblada. Exopolítica explora por qué la Tierra parece haber sido puesto en cuarentena durante millones de años de una sociedad del Universo más evolucionada. Exopolítica sugiere medidas concretas para poner fin a nuestro aislamiento, a través del acercamiento a las civilizaciones tecnológicamente y espiritualmente avanzadas que están participando en nuestro mundo durante este momento difícil y único de la historia humana.
Comentario de
Paul T. Hellyer
Ministro de Defensa Nacional durante el gobierno del primer ministro canadiense Lester B. Pearson; viceprimer ministro de Canadá durante el gobierno del primer ministro Pierre Trudeau
La odisea de Alfred Lambremont Webre al adentrarse en el reino de la vida que hay en el inmenso Universo que rodea al planeta Tierra, en realidad, es un viaje fascinante si lo lees con una mente abierta. Él postula un Universo en el que existen muchos planetas que sustentan vida y están más avanzados que el nuestro, todos sujetos a la forma de gobierno universal, basada en la regla de la ley.
Él sugiere que la Tierra es una excepción. No sólo no somos el centro del Universo, como creían nuestros antepasados, sino que somos la oveja negra de la comunidad interplanetaria. Fuimos «puestos en cuarentena» y aislados de la «sociedad multidimensional del Universo, una sociedad interplanetaria, intergaláctica y sumamente organizada», supuestamente porque nuestra cultura ha estado fuertemente influenciada por un liderazgo planetario que decidió «ir por libre» y que encontramos personificado en el relato del Jardín del Edén.
Para poner fin a la cuarentena, los terrícolas debemos avanzar ética y espiritualmente, a la vez que restablecemos la conexión con la sociedad interplanetaria. Hasta hace poco tiempo no disponíamos de la tecnología para hacer esto último, pero cada vez tenemos más. Mientras tanto, las visitas de nuestros vecinos extraplanetarios nos brindan oportunidades para entablar una comunicación y colaboración pacíficas.
Comentario de
Paul T. Hellyer
Ministro de Defensa Nacional durante el gobierno del primer ministro canadiense Lester B. Pearson; viceprimer ministro de Canadá durante el gobierno del primer ministro Pierre Trudeau
La odisea de Alfred Lambremont Webre al adentrarse en el reino de la vida que hay en el inmenso Universo que rodea al planeta Tierra, en realidad, es un viaje fascinante si lo lees con una mente abierta. Él postula un Universo en el que existen muchos planetas que sustentan vida y están más avanzados que el nuestro, todos sujetos a la forma de gobierno universal, basada en la regla de la ley.
Él sugiere que la Tierra es una excepción. No sólo no somos el centro del Universo, como creían nuestros antepasados, sino que somos la oveja negra de la comunidad interplanetaria. Fuimos «puestos en cuarentena» y aislados de la «sociedad multidimensional del Universo, una sociedad interplanetaria, intergaláctica y sumamente organizada», supuestamente porque nuestra cultura ha estado fuertemente influenciada por un liderazgo planetario que decidió «ir por libre» y que encontramos personificado en el relato del Jardín del Edén.
Para poner fin a la cuarentena, los terrícolas debemos avanzar ética y espiritualmente, a la vez que restablecemos la conexión con la sociedad interplanetaria. Hasta hace poco tiempo no disponíamos de la tecnología para hacer esto último, pero cada vez tenemos más. Mientras tanto, las visitas de nuestros vecinos extraplanetarios nos brindan oportunidades para entablar una comunicación y colaboración pacíficas.
